Uno de los personajes que más me fascina de Los Mosqueteros, es, sin duda, Milady. ¿Por qué? Probablemente por el atractivo que suele tener lo malvado. Literariamente hablando, que la vida real son otros lópez, aunque puedan aparecer los mismos lópez.
Dice el diccionario literario Bonpiani en su tomo dedicado a personajes literarios:
“MILADY. Muchos son los nombres que se atribuyen a este personaje de Los tres mosqueteros, de Alexandre Dumas padre (1803-1870): Carlota Backson, Condesa de La Fère, Lady Winter, todos ellos usados por la aventurera durante su trágica y azarosa vida. Pero en el recuerdo del lector permanece con el único título de “Milady”, según la llamaban Athos, que fue su primer marido; D’Artagnan, que la amó; Porthos y Aramis. Milady es una de aquellas criaturas demoníacas que el romanticismo opone de vez en cuando al tipo de la mujer angelical, uno de aquellos personajes que Dumas consideró sólo en sus posibilidades efectistas. Por lo mismo, buscar en Milady un hilo psicológico interno resultaría inútil: es un mero personaje convencional que, con su propia presencia, define y precisa los canones que la crearon. Aventurera sin escrúpulos, adscrita al servicio secreto de Richelieu, se abre camino con el engaño y con el crímen: es una voluntad carente de todo sentido ético, y una inteligencia fría cuya única pasión es el feroz afán de venganza cuando se considera ofendida. En ese súbito furor que rompe todo freno y revela de pronto la fierecilla que late bajos los bellísimos rasgos y las corteses apariencias, consiste lo más original y puro de su personalidad. Cuando puñal en mano, se lanza contra D’Artagnan, que la ha engañado, o quiere vengarse de Lord Winter, que la ha aprisionado, Milady nos deja vislumbrar en su carácter una vena de universalidad que merecería ser tratada por la pluma de Balzac.” U. Dèttore.
Y dice este buen señor Dèttore que es inútil buscarle un hilo psicológico interno. Puede ser, doctores tiene la iglesia y entre mis lectores hay psicólogos, así que me abstendré de intentarlo siquiera, pero tengo para mí que hay mucha mas cohesión en la trama psicológica de este personaje que en la de otros coprotagonistas más políticamente correctos, que no planos, es difícil encontrar personajes planos en Dumas. Es un personaje límite, histriónico, de acuerdo, pero perfectamente reconocible hoy en día y probablemente también en el siglo XIX.
Las tres entregas de Los Mosqueteros siguen teniendo hoy, al menos para mí, relecturas apasionantes y uno de los motivos, es Milady.