Santiago querido;
Hombre de tinta cristalina,de mares furiosos de vez en cuando,
de brizas y arena,
Santiago alejado de este invernal estadio,
de mi hibernación literaria;
de este letargo distante en el que hemos caído cuando nacimos.
Mi compañero de letras, mi sonido bajo el silencio,
mis pasos sigilosos; todo en cuanto poesía despiertas en mí.
Qué será de nosotros, conociéndonos sin conocer?
Qué será de nuestras reciprocas ausencias?
De esas cosas pequeñas
que se suceden en el cotidiano andar
de los que están cerca, y son tácitas en nosotros?
O se dan por hechas?
Será que me habla mirando el techo
de su cuatro cuando no puede dormir?
Será que me consulta, que me cela,
que se enoja cada tanto, por mi y por Ud.,
y por lo porque lo que no hemos de ser?