Estoy de acuerdo en que la tecnología juega un papel fundamental en el futuro de la Humanidad y, por ende, en el futuro de la literatura. Si no, que se lo pregunten a los escritores que desconocen el papel físico y aman intensamente a su ordenador, ese aparato que permite cambiar, cortar, modificar palabras, párrafos o páginas, con suma facilidad y que, encima, produce una sensación de impresión real, todo limpio, ajustado, alineado, con la tipografía elegida (times, paladino, courier, etc.) O que se lo pregunten también a los libreros que tiemblan ante las grandes mutaciones que esperan de la edición actual (libro lleno de sudor y polvo) con los especímenes digitales llamados e-books.
