¡Abducida! Así me siento en estas semanas de verano, abducida por un pequeño de poco más de 5 años que me quiere solo para él. A estas alturas de la película, y con la edad que tiene yo suponía que jugaría más tiempo a su aire, pero estaba muy equivocada.
Desde que acabó el cole pasamos todo el día juntos, y aunque al principio vimos a los amiguitos, después muchos se fueron, nosotros también,..., y ahora después de la aventura hospitalaria, confieso que intento que no se excite en exceso y no hago mucho por encontrarme con los niños por el parque o por donde toque ir. El caso es que en casa la palabra que más se escucha es "¡¡¡mamáaaaaaa!!!" y yo comienzo a estar pelín desesperada. Porque no le vale nada, según se levanta me quiere con él, bien pegadita a él. Me lee sus cuentos, yo luego se los leo a él, jugamos a las palabras inventadas, o a los monstruos de las cosquillas, o a los ogros de los chupetones, nos damos unos mimos y arrumacos y tras esa primera sesión mamá-Rayo le digo que voy a trabajar un poquito mientras él desayuna, se viste, juega,..... Como sabéis yo trabajo desde casa, con lo cual el verano ha sido tranquilo en lo que respecta a "qué hago con el peque estos meses de verano", pero claro, una tiene que sacar su trabajo adelante, y con una lapa-niño es harto complicado.
No pasan ni quince minutos cuando entra en mi despacho con cara de "no puedo con la vida" y entonces puede ocurrir las siguientes posibilidades:
- Mamáaaaaaa, ¡¡me aburrrrrooooooo!!
- Mamáaaaaaa, ¡¡tengo un sueñoooooo!!
- Mamáaaaaaa, ¡¡tengo más hambreeeeee!!
- Mamáaaaaaa, ¡¡ven a jugar conmigooooo!!
- Mamáaaaaaa, ¿¿puedo jugar a la wiiiiiiii??
- Mamáaaaaaaa [sin más]
Y todo con ese tono cansino y postura de niño arrastrao. Y ya no vale nada, ni tener el scalextric tirao por su cuarto desde hace una semana, ni tener un plan u horario para que sepa que actividad toca hacer (esto nos ha ayudado mucho... en otros tiempos), ni practicar con su flauta (que le encanta), ni hacer sus deberes de verano (que le encanta también), ni tener una gata que le sigue por la casa deseosa de jugar a cualquier cosa, ni las propuestas de juegos super guays con sus juguetes que le hago. No vale nada, solo vale ¡¡mamá!!. Pero mamá tiene trabajo, mamá se esfuerza por dedicarle largos ratos a cambio de un poquito de soledad en la mañana. Mamá se levanta antes de la 7 de la mañana, y se acuesta pasadas la medianoche para poder compaginar todo. Y al final, mamá esta reventá. Vamos que necesito unas vacaciones como el comer.
Y claro, yo me planteo..... ¿Esto es porque no tiene hermanos?, ¿porque no tiene imaginación?, ¿porque paso tanto tiempo con él que me necesita para todo?, ¿porque no le da la gana jugar solo sin más?,...., ¿por qué pasa esto?
Todos los días por la mañana vamos al parque, nos damos una vuelta con el patín, damos de comer a las palomas (último hobbie apasionante), vamos que no se pasa en casa toda la mañana. Yo creo que no le da tiempo a aburrirse,...., ¡pero se aburre! Debo ser un rollo de aupa, pienso a veces.
Después comemos, juego de la oca, cartas, cuentos, cosquillas, wii, ....., pero le dejo un momento mientras está viendo sus dibujos preferidos y vuelta a empezar ...... "¡¡¡mamá!!!".
Papá sin complejos llega pronto, y aunque se divierte más con él que conmigo, continuamente me reclama, me llama, ..... Y al final alguno acaba dando una voz más alta que otra. Él siempre quiere más, siempre exige más.
Me consta que estoy muy cansada y mi paciencia es escasa a estas alturas, pero ¿por qué tirar así de la cuerda? ¿Cuando adquirirá esa autonomía que les hace tanto bien a los niños?