Situación legal del aborto en el mundo
Por: El Colimador
Para nadie es un secreto que la población cubana envejece de forma alarmante y que de aquí a un par de décadas la situación puede llegar a ser insostenible.
Este problema no es exclusivo de Cuba, sino que lo padecen casi todas las naciones con un alto índice de desarrollo humano. La diferencia estriba en que los países del primer mundo cuentan con mecanismos para paliar la situación, que van desde el apoyo económico a las parejas que tienen más de un hijo, hasta la aceptación de inmigrantes, para realizar los trabajos peor remunerados, que no desean realizar los nacionales.
Sin embargo estas opciones no son viables para nuestra nación, la cual se encuentra bajo los efectos de una larga crisis económica que impide que el gobierno pueda fomentar la natalidad sobre la base del estímulo económico a las parejas y que, además, lejos de ser receptora de inmigrantes, sufre una importante sangría de ciudadanos jóvenes en edad reproductiva, que año tras año deciden abandonar el país en busca de mejores condiciones de vida.
Semejante situación coloca a las autoridades cubanas en una difícil encrucijada. De un lado la necesidad de fomentar la natalidad, pues la mujer en Cuba no logra reproducirse ni a sí misma, y del otro una población que cada vez recurre con más frecuencia a la interrupción del embarazo como un método anticonceptivo y de planificación familiar, tras décadas de considerar el aborto como un derecho legítimo y una conquista social de la mujer.
Traigo esto a colación porque en los últimos meses he conocido de varios casos de conciudadanas que al acudir a los hospitales con la intención de practicarse un aborto por razones de orden personal (hijo indeseado, mala situación económica), se les ha negado la posibilidad de realizárselo. A una, que conozco bien, cuando alegó que la razón que le impelía a interrumpir su embarazo era la mala situación económica que sufría en ese momento, el galeno le respondió que “era la misma situación que sufrían todos en el país”…
Y yo me pregunto: ¿Es la negación del aborto la solución del problema de la natalidad en Cuba? ¿Existe algún precepto legal para que el Estado cubano regule la practica del aborto en sus instituciones médicas?
A la primera pregunta la respuesta es, evidentemente, no. La baja natalidad en Cuba es una consecuencia directa del alto nivel cultural que ha alcanzado su población y de la inserción de la mujer en todas las esferas de la sociedad. El acto de traer un hijo debe ser, sobre todo, un acto de responsabilidad para el cual la pareja, y fundamentalmente la madre, debe estar preparada y convencida.
Para resolver el problema de la natalidad en Cuba, a mi juicio, lo fundamental es que se produzca un despegue económico del país que permita que las carencias materiales de sus ciudadanos puedan ser medianamente resueltas (a qué se debió la explosión demográfica de la década de 1980 sino a eso), pues es muy difícil convencer a una pareja de tener más de un hijo – y a veces hasta un solo hijo – si el salario que devenga alcanza malamente para alimentarse ellos mismos, o viven agregados en casa de padres o parientes, compartiendo una misma habitación con su descendencia.
Dicho esto, y a su pesar, considero que el Estado tampoco puede renunciar a su responsabilidad que es velar por el futuro de la nación. El hecho en sí mismo es que hay una necesidad impostergable de revertir el descenso en picada de la natalidad y el envejecimiento caótico de la población. Se impone una campaña de convencimiento sobre la necesidad y la importancia que para el porvenir del país implica que los jóvenes tengan hijos y renuncien al aborto como un método anticonceptivo. Incluso los medios de comunicación masiva pudieran ser útiles en este sentido. Lo que es completamente inadecuado, es que el Estado utilice de forma oscura su poder para cercenar lo que es percibido socialmente como un derecho inalienable de la mujer a decidir sobre su vida.
La respuesta a la segunda pregunta también es clara: No existe ningún mecanismo legal que permita a una institución médica negar el aborto a una mujer grávida que lo solicite:
El Código Penal de diciembre de 1987 en su inciso 6 (Aborto ilícito) legaliza el aborto en Cuba. Sólo se sanciona al que procede sin consentimiento de la grávida, lo realiza fuera de las instituciones oficiales, no sea médico o lo realice por lucro.
En el muy interesante artículo “Algunas consideraciones sobre el aborto. La educación sexual como una alternativa en su prevención” publicado en la Revista Cubana de Medicina General Integral, se dice lo que en la concreta es el pollo del arroz con pollo de la supuesta relación del aborto con la baja natalidad en Cuba:
El aborto no es la principal determinante de la fecundidad en Cuba, sino la anticoncepción
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