Revista Literatura

Abstinencia

Publicado el 11 noviembre 2009 por Rodrigoyanez
Abstinencia"Digamos que desde hoy me convierto en una mujer que decide abstenerse de la mentira. Días atrás, hubiera aguantado que todos me dijeran mitómana, pero hoy no.
¿Será la fría noche que me congela el alma y me pone seria muy de verdad?
Pero cómo puedo abstenerme de la mentira señores. Si ahora mismo miento por que sé que mañana, mentiré. Te mentí allá arriba al permitirme que pensaras en mí como mitómana, y deberías saber que sinónimo no es de mentiroso. Si aún sientes que te estoy huebiando, entonces toma un diccionario de sinónimos y verás.
Ya que mi falsa abstinencia no funcionará, ya puedo preverlo, intentaré con mi abstinencia de no volver a fumar más. Sí, de seguro que esa dieta corporal de no hacerme más mierda, pudiera funcionar. Por algunos días, pienso yo…Y es que en realidad aún no he decidido si será una abstinencia por lo que queda del resto de mis días. Bueno, si es así, entonces paso. Mañana me compro una cajetilla de los duros.
Ya sé. ¿Qué tal, no volver a comer pan? No creo que hubiera demasiado problema con eso. Ya que hemos dicho que es una abstinencia por el resto de los días, es parte de las reglas de mi abstinencia. O sea, pudiera ponerme demasiado delgada, y los excesos de rollos pudieran quedarme colgando como gelatina al aire, pero se supone que estaría toda flaca ¿No? Independiente de que eso pasara por alto una figura normal. Pero ese pesar lo podría acarrear al saber que al menos de una cosa me he abstenido toda mi vida. No comer pan.
Pero mi mente ve un futuro en que tan delgada no estaba, y ni mis tetas, ni los rollos de mi culo llegan al suelo. Qué habré hecho mal. Lo estuve pensando largas horas, y de pronto ¡Páf! Estuve largos años sin comer nada de pan, pero cuando tenía hambre, la abstinencia sólo me permitía comer completos, hamburguesas, pizzas, sánguches de potito, choripanes y empanadas. Y creo que me equivoqué. Era la misma masa con la que se hacía el pan. En cuanto a especies, son como todos primos o hermanos. Ahora entiendo por qué sigo igual.
Por último voy a dejar de masturbarme. Ya. Se acabó. Tan difícil no debiera ser el dejar el auto placer a un lado. Además, se supone que es algo que practicas cuando estás en etapas de desarrollo y en vías de abrirte de patas para el futuro hombre que ames. Es un buen ejercicio. Bueno, era. Si yo ya no me masturbo más. ¿Acaso no les conté ya que me abstengo desde los veintiocho años a masturbarme? Bueno, ahora lo saben. Y de eso ya han pasado más de cinco años.
A veces, pienso en hacerlo. De caliente no más, pero me acuerdo que soy un ser que se abstiene, y me siento orgullosa, y entonces me fumo un cigarro y salgo a caminar.
Dos días después:
Ayer conocí al gallo más rico que haya visto jamás. Es menor, pero no importa. No sé como fue que pasó, pero ayer mismo por la noche, compartimos cama. Si será loco este mundo. Todo ha cambiado. Ahora los cabros chicos son todos liberales, y yo no me estaré quejando de eso. Compartimos cama, es cierto. Y varias otras cosas más.
Cuando acabamos, compartimos también el mismo cigarro mientras, al parecer, estábamos sometimos bajo los mismos pensamientos, mirando hacia el techo como pavos.
Me dijo la verdad. Y él, quería que fuéramos por la segunda. Yo le dije que también, pero que tenía que fumarme otros cuantos primeramente para relajarme.
- Eso lo reemplazamos conmigo masturbándote. – Dijo.
FIN"

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas