La siguiente fábula la escribí en Toronto, ciudad en la cual viví por varios años y donde nació mi nieto Alfonzo.
Así como los planetas coinciden en un momento dado, asimismo diferentes sucesos, personas u otros seres vivos, también coinciden. En este caso, me refiero a nuestros amigos los animales, que nos miran y nos piden que hablemos de ellos.
Un día observé a través de la ventana, unas ardillas enormes que trepaban por las paredes del edificio ubicado frente al mío.
Igualmente, acababa de toparme con el inmenso gato castrado de una vecina y, además, leyendo las noticias por Internet, me enteré de que un halcón estaba comiéndose las ardillas de un parque cercano a nuestro edificio.
Por otra parte, una tarde mientras caminaba, había descubierto a un gigantesco búho que resultó ser de madera y servía para espantar a las palomas.
A lo mejor los planetas estaban alineados o simplemente los animalitos me ayudaron a escribir la fábula “La ardilla y el gato tonto”, mi primera historia pensando en Alfonzo.
El texto de la fábula en PDF se puede descargar en el link: http://es.scribd.com/doc/100073859/Fabula-de-la-ardilla-y-el-gato-tonto
“La Ardilla y el Gato Tonto”
Fábula
Alfredo Milano
Santiago, 27 de Abril, 2009
Una vez me dijo la ardilla Lola, amiga mía,
que había conocido un lindo gato,
que era muy tonto.
Era tan tonto el gato, que no sabía,
que Toronto era el sitio, donde vivía.
La ardilla era muy viva,
pero temía,
a un fiero halcón que amaba a las ardillas,
...como comida.
Por eso buscaba al gato,
que, si bien tonto,
era muy grande.
Todos lo respetaban,
y, a la Lola, protegía.
Pero un día por la mañana,
la ardilla Lola amaneció burlona.
Y se rió de su amigo,
el gato tonto, el cual no sabía,
que un gran búho, con quien hablaba,
no hablaba nunca: Él no podía.
Ah, gato tonto,
es de madera el búho enorme
y sólo sirve para espantar,
a las palomas, que son la plaga,
y donde pasen, van a ensuciar.
Entonces, el gato tonto se ofendió mucho
y no quiso ya, ser amigo de la ardilla Lola.
Desde ese día, ella está sola,
tiembla de miedo y no sale más,
porque le teme al halcón fiero,
que si la ve, la puede usar,
como banquete para sus hijos
que a todas horas quieren tragar.
Moraleja:
De los amigos, no hay que burlarse,
Hay que quererlos como ellos son,
De todos modos no es tu problema,
Si alguno es tonto o barrigón.