Desde que el pequeño Froilán tuvo ese pequeño incidente con una escopeta y se pegó un tiro en el pie, todos nos preguntábamos dónde estaba el Rey. Era el único miembro de la Familia Real (y el más importante) que no había acudido al hospital a ver a su nieto. Se podría decir que los periodistas estaban a la caza del Rey.
Resulta que ahora sabemos que el Monarca se encontraba de viaje "privado" en Botswana, al parecer, de caza. Desconocemos aún si estaba "a la caza del conejo" (como en sus tiempos mozos) o se trataba de alguna otra pieza de "caza mayor". Todo se ha descubierto a raíz de un accidente en el que se ha fracturado la cadera.
¡No! ¡No os asustéis! Esta vez no ha sido un disparo. Según la versión oficial, ha tropezado con unos escalones del hotel.
Me surgen varias preguntas:
¿Cómo es que nadie sabía dónde estaba? ¿Qué es eso de un viaje "privado"? Se supone que un Rey lo es las 24 horas del día. Los españoles pagamos su sueldo y, en teoría, deberíamos tener la posibilidad de conocer su ubicación en cada momento.
¿Por qué no suspendió sus vacaciones para visitar a Froilán? ¿Era más importante la cacería que su nieto? ¿Estaba aislado, incomunicado y encerrado en sus dependencias y nadie le informó de nada?
Dada su propensión a los accidentes (algo genético sin duda), sus antecedentes con armas de fuego y su avanzada edad ¿por qué no le incapacitan para la tenencia y manejo de las mismas? O, mejor dicho, ¿no tuvo bastante con lo que le sucedió en su infancia?
En fin. El caso es que ya está en Madrid. No por su voluntad, pero aquí está. Así podrá compartir habitación con su nieto siempre que, eso sí, no haya ningún rifle, pistola, cuchillo o tirachinas de por medio. Que ya se sabe que los carga el diablo.
Y ahorá será el Principe Felipe quien se hará cargo de sus funciones mientres dure la baja. Un poco de trabajo no le vendrá mal, que ya es "talludito". Esperemos que no desaparezca sin dejar rastro como su padre, a lo que también es muy dado. Menos mal que parece que Letizia le ata en corto.
Puestos a ver el lado positivo, al menos unos cuantos animales han salvado sus vidas. ¿Y el guía del safari? El guía estará más que aliviado... que con esta familia nunca se sabe.