Accidentes de los gatos y soluciones

Publicado el 24 abril 2013 por Jgallego19

Los gatos son similares en anatomía a los otros felinos, tienen cuerpos fuertes y flexibles, los reflejos rápidos, las garras agudas y los dientes adaptados para matar a la pequeña presa.

Los gatos pueden oír sonidos demasiado débiles y de una frecuencia superior a la que percibimos las personas, tales como los realizados por los ratones y otros animales pequeños. Pueden ver de cerca en la oscuridad. Como la mayoría de los mamíferos, los gatos tienen peor percepción de los colores y un mejor sentido del olfato que los humanos.

Pero además de todo esto, puesto que el gato es un animal muy intrépido, los accidentes de los gatos son algo bastante habitual. Repasemos algunos de estos accidentes.

Quemaduras.

Las quemaduras pueden producirse por un contacto con una fuente de calor (estufas, placas vitrocerámicas, etc.) o por accidentes domésticos (con café hirviendo, con aceite, etc.).

Nosotros les ayudaremos de todas las maneras posibles, en principio nuestra misión, y para este caso en especial, consistirá en lavar la zona dañada con abundante agua y, a lo sumo, recortar el pelo de la zona…¡y nada más!

La actuación del veterinario después de nuestra aportación es fundamental ya que, si las lesiones ocupan menos del 15% de la superficie corporal, el pronóstico suele ser favorable, pero si la extensión es mayor, el caso puede ser más grave. Siempre, y aunque nosotros ayudemos en todo lo que podamos, lo más importante es llevarlo al veterinario cuanto antes.

Heridas.

Pueden ser de muchos tipos: incisas, cortantes, profundas, superficiales…, y afectar a zonas de mayor o menor riesgo.

Lo más adecuado será presionar sobre la zona sangrante con el fin de parar la hemorragia.

Sólo en casos graves será necesario aplicar torniquetes, que se realizarán entre la herida y el corazón, y que se liberarán cada 10 ó 15 minutos. También es importante recortar los pelos de la zona y lavar. Si la lesión afecta a zonas u órganos muy sensibles como los ojos, cubriremos y acudiremos inmediatamente al veterinario.

Golpe de calor.

La mejor forma de evitar un golpe de calor es no dejar al animal expuesto directamente al sol, o encerrado dentro de un automóvil o de una terraza acristalada.

Si por nuestra negligencia llegamos a esta situación, bañaremos rápidamente al animal en agua fría.

Entre otros posibles métodos están los ventiladores o la aplicación de hielo en ingles o axilas.

Lo más importante para todos los casos aquí comentados es que, además de los primeros auxilios que le hayamos dado a nuestro gato (los minutos transcurridos tras el accidente son críticos), estos deben ser complementados con la actuación de un profesional.


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