
Doy gracias a Dios por mi familia, mi hermano Carlos, mi cuñada Nydia, y mis sobrinos Carlitos y Luisito, porque han sido mi apoyo durante esta larga y difícil odisea.
Doy gracias a Dios por los importantes avances del movimiento en pro de los derechos de los padres a través de todo el mundo.
Doy gracias a Dios porque, luego de tanta espera y tanta lucha, Él movió todas las piezas en el trablero para que yo pudiera tener un itinerario de visitación con mi hija que, aunque no es perfecto, es mucho más justo que el anterior.
Doy gracias a Dios porque mi hija Sofía Isabel ya supo que es adoptada, y ha recibido la noticia con sorpresa y regocijo.
Y sobre todo, doy gracias a Dios por tener la hija que tengo, la razón y el motor de todas mis luchas.
Gracias Dios.