Acerca de la reciprocidad en las redes sociales
Publicado el 01 mayo 2013 por BlancamiosiA lo largo de este par de años que llevo en Facebook y Twitter y poco más en mi blog he comprobado que el comportamiento virtual es similar al que se puede tener en la vida real.
Recibo muchas cartas. Las que más me gustan son las de mis lectores, ¡y cómo no! Pero no es porque me digan que mis novelas son magníficas. No, al menos no es el motivo principal. Es porque se dan el trabajo de escribirme para en algunos casos decirme que mi novela les hizo recapacitar, o recordar a un ser querido, o les dio fuerzas para seguir adelante, o simplemente para darme ánimos para que siga escribiendo porque ya se leyeron todos mis libros y quieren más. Es curioso que nunca haya recibido una carta con un mal comentario, como aquellos que se ponen en Amazon como si la única función fuese que los demás se enteren de que un libro es pésimo y que los demás no deberían leerlo. Un buen asunto para sacar conclusiones respecto al comportamiento humano.
Pero no es ese punto que quería tocar hoy. Deseaba referirme a las otras cartas o mensajes.
Me escriben con más frecuencia de la que quisiera con todo tipo de peticiones, desde que compre su libro y les diga si me ha gustado; también se ofrecen a enviármelo, o que entre a su página en Facebook o a su Web o blog, y lea la sinopsis de su obra, o me piden consejos sobre cómo hacer para publicar y vender con éxito y muchas otras preguntas, como si yo fuera el oráculo de Delfos o tuviera el poder de responder con propiedad a sus requisiciones.
Generalmente respondo a todos y dentro de mis posibilidades les doy ideas, consejos voy a sus respectivas páginas y le doy al “Me gusta”, entro a sus blogs… Pero cuando por cuestiones de cansancio, agotamiento por el mismo tema repetitivo o porque simplemente no tengo tiempo respondo de manera directa, diciendo que no es posible tener éxito en algo si no se es recíproco, y que en la vida no se puede ir pidiendo ayuda sin al menos dar las gracias o cuando menos un clic en “me gusta” en mi propia página, recibo como pago una respuesta con aires de ofensa, y de esta manera lo que empezó como supuestamente el pedido de un favor, termina convirtiéndose en una situación incómoda.
Las redes sociales son un reflejo de lo que somos. Y definitivamente he tenido que segregar lectores de escritores. Los primeros son más dados a entregar, a agradecer, a animar. Los segundos son egocéntricos, egoístas y en algunos casos piensan que uno les hace el favor a ellos.
Desde aquí doy las gracias a todos los lectores, lean a quienes lean por su comprensión, por su pasión por los libros, por ser los depositarios de nuestros sueños.
Y claro, también saltarán muchos, especialmente en Facebook que digan: YO SOY ESCRITOR y también lector. Está bien, ¿y cuál es el problema? Si se dan por aludidos…
¡Hasta la próxima, amigos!