Un nuevo estudio, publicado en BJOG, se suma así a la idea bastante controvertida de que sería saludable que las embarazadas obesas mantengan su peso previo al embarazo o adelgacen aún más
A las mujeres obesas es a las que menos se les permite engordar en el embarazo (entre 5 y 10 kilos), y tienen riesgo elevado de sufrir complicaciones como diabetes gestacional, preeclampsia (aumento súbito de la presión y de proteína en la orina), cesárea de emergencia o tener un bebé más grande de lo normal.
El equipo de Andreas Beyerlein, de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, en Alemania, revisó las historias clínicas de más de 700.000 mujeres que habían tenido un bebé entre el 2000 y el 2007.
Los autores dividieron a las mujeres en categorías por peso previo al embarazo según el índice de masa corporal (IMC).
Las mujeres con un IMC de 30-34,9 formaron la categoría de obesidad clase 1; aquellas con IMC de entre 35 y 39,9 tenían obesidad clase 2, y las participantes con IMC superior a 40 (más de 50 kilos por encima del peso ideal) tenían obesidad clase 3 o mórbida.
En general, las mujeres que adelgazaron durante el embarazo tendieron a tener menos riesgo de necesitar una cesárea de emergencia y de desarrollar preeclampsia que las que engordaron. Además, fueron menos propensas a tener un bebé más grande que lo normal.
Por ejemplo: el 10 por ciento de las mujeres con obesidad clase 3 que engordó en el embarazo desarrolló preeclampsia, comparado con el 7 por ciento de las que adelgazaron durante el embarazo.
Tras considerar otros factores (edad y tabaquismo materno), adelgazar estuvo asociado con un 36 por ciento menos riesgo de desarrollar preeclampsia en las mujeres con obesidad clase 3. Una reducción similar se observó en las participantes con obesidad clase 2.
En tanto, las mujeres con obesidad clase 1 o 3 tuvieron menos riesgo de necesitar una cesárea de emergencia si adelgazan.
Por ejemplo, el 13 por ciento de las embarazadas con obesidad clase 1 que engordaron necesitaron una cesárea no planificada, comparado con menos del 9 por ciento de las que adelgazaron en el embarazo; adelgazar redujo un 35 por ciento el riesgo de necesitar cesárea.
En el grupo de mujeres con obesidad clase 1 o 2, adelgazar también estuvo relacionado con un aumento del riesgo de tener un bebé más grande que lo normal.
El doctor Raul Artal, obstetra de la Saint Louis University, en Missouri, que estudió el adelgazamiento en el embarazo, dijo que los resultados no quieren decir que las mujeres moderadamente obesas no puedan bajar de peso de manera segura durante el embarazo.
Su recomendación para las mujeres es tener una dieta "rica en nutrientes" (con muchas frutas, verduras, legumbres y granos ricos en fibra) y caminar 30 minutos todos los días para hacer actividad física de bajo impacto.
Desde | Reuters Health
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