Revista Literatura

Adictos al ordenador.

Publicado el 21 junio 2011 por Marga @MdCala

Si crees que puedes encontrarte en este grupo, sólo tienes que leer las cuestiones relacionadas más abajo y ver si te identificas con alguna de ellas. Yo misma me he sorprendido preguntando al Hotel donde voy este año de vacaciones por la conexión Wi-fi en las habitaciones (¡¡y sí, tienen!!). Sin embargo, no me creo adicta total porque hubiera ido a la playa igualmente sin ordenador, Red, e incluso sin móvil (que apenas uso), siempre y cuando todos hubiéramos hecho examen de conciencia y acto de contrición, claro está. Adictos al ordenador.

 

Hay quien es adicto, simplemente, al ordenador. No es consumidor habitual de chats, redes sociales, mensajes o cualquier otro tipo de conexión personal. De hecho, ni siquiera le resulta imprescindible Internet; con tener un ordenador le basta y esto es -quizás- lo más preocupante. El portátil se convierte en una prolongación más de su cuerpo y casi ni se percata de que no es capaz de llevar una vida plena sin él. De hecho si se le retira por “consejo médico”, el malhumor, la apatía, la desgana y todos los demás síntomas de un adicto se hacen alarmantemente visibles. El “enganchado” no es feliz sin “su enganche” y las excusas argüidas para volver a él son ya inverosímiles.

 

La primera medida para solucionar el problema, es reconocer la adicción como tal. No tomarlo a broma o como una exageración del “otro” que se lo sugiere. El ser humano -tan débil- es proclive al colgamiento de cualquier sustancia, persona o cosa: tabaco, alcohol, sexo, charla, internet, televisión, móvil, mp3, vehículos, caballos, artistas, cantantes, escritores, costumbres y así hasta no parar. Da igual a qué te sientas tan unido que no puedas pasar sin ello: todo es una adicción si te impide tu vida normalizada sin su uso constante;  si el hecho de privarte de lo que te gusta y cada vez consumes con mayor ansiedad, te produce el aislamiento, la angustia y la necesidad urgente de conseguirlo a cualquier precio, incluido el de perder a tu familia.

 

Piénsalo y plantéate estas cuestiones para saber si eres un adicto al ordenador. Luego,  tú decides:

-Te niegas a ir de vacaciones a un lugar sin electricidad, ni líneas telefónicas.

-Te pasas el viaje con el portátil pegado a tus rodillas, ignorando al resto.

-Tu esposa cuelga sobre el monitor -bien entrada la madrugada- una peluca rubia (morena o pelirroja), para recordarte cómo es ella…

-Tus amigos tienen una @ en sus nombres.

-Tu perro tiene página web.

-Te resulta imposible llamar a tus padres:  ellos no tienen módem.

-Ignoras el sexo de tres de tus amigos íntimos, pues utilizan un apodo neutro y nunca te has preocupado de preguntar.

-Sonríes moviendo la cabeza a un lado, como los emoticonos.

-Te levantas de madrugada para ir al baño y aprovechas para revisar el correo.

-Conectas el ordenador para desconectar  a tu familia.

-No reconoces a tus hijos adolescentes. La última vez que los viste fue en su Primera Comunión…

-Eres capaz de no escuchar nada a tu alrededor, aun cuando estás usando el portátil en el sofá del salón y este se encuentra lleno de gente hablando. Si ya lo que se celebra es tu cumpleaños, ¡¡apaga y vámonos!!

-Consientes en sustituir el rato de ordenador por pasar tiempo con tu mujer y la odias por ello…

-Deseas que el PC se convierta, por arte de magia, en tu quinta extremidad y así no tener que justificar su uso continuo.

 


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