Tú, que siempre has estado a mi lado, que fuiste escogida por mi padre cuando yo apenas tenía horas en este mundo para aparecer en mi libro de familia. Tú, que desde que recuerdo has sido el mayor nexo de unión. Incomprendida, ninguneada, despreciada por los tuyos. Siempre entre dos tierras, nunca lo suficiente buena para ser amiga de las otras cinco, sí, esas que siempre van juntas, cuchicheando a tus espaldas, cogidas del brazo como chicas de instituto americano. Y ahora qué, te preguntarás. Que será de mi nombre, de mi identidad, de mi papel. Si me aceptarán. Si todos los años, palabras, horas, premios, tinta se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Amiga, compañera, amante, hermana, madre, maestra insistente, alumna olvidada; no te preocupes por nada. Yo te querré igual.
A la y griega; la mejor vocal.