Hoy llegó el día, ¿Quién lo iba a pensar?, sabía que llegaría el momento pero nunca pensé que sería en casa de mi mamá y en mi vieja habitación.
Mamá dijo que estuvo perdido, al parecer quería buscar a mi abue y se perdió, lo encontraron en Tamaulipas, golpeado y totalmente sucio, el viernes lo encontraron y lo llevaron a casa de mi mamá y desde ahí fue su lento y a la vez rápido deceso.
Dicen que la sangre llama... y a la vez no dice nada... la mía no llamó, no sentí ninguna tristeza por él. Tal vez mucha lástima. Conmigo no se mostró nunca malo, fue la figura de un abuelo. Pero tal vez en los últimos momentos se percibe al hombre o mujer como realmente es. Creo que eso es lo que me hace sentir triste, no quiero ser falsa, quiero ser muy real para mi hijo. Pero quiero ser una imagen clara y transparente y agradable a los ojos de la memoria de las personas que más amo. Un buen recuerdo para llevar como un amuleto de la buena suerte grabado en el corazón.
Después de llegar a casa de mi mamá, me ofrecí a ir por mi abue. No es una idea agradable porque puedo calcular el camino y la cantidad de palabras que mis oídos escucharán.
Descance en Paz Papa Panchito.