Cuando tenemos en la cabeza la idea de crear un huerto en casa lo primero que debemos coger es lápiz y papel para diseñar la estructura y características de nuestro huerto. Apuntaremos las macetas que necesitamos, o si vamos a sembrar en nuestro jardín, apuntaremos qué cultivo irá en qué lugar y qué plantas podremos sembrar juntas. Este último paso es muy importante pues hay algunos cultivos que no son compatibles entre ellos.
Otro punto primordial a tener en cuenta son los requerimientos de cada planta: desde el tipo de suelo hasta el riego necesario o la cantidad de luz que necesitará. Si nos informamos bien de lo que nuestros cultivos futuros van a necesitar, la organización del huerto será mucho más sencilla ya que podremos agrupar plantas según sus necesidades.
Una de las formas más sencillas de agruparlas será por necesidades de riego, de este modo lo tendremos mucho más controlado y no hidrataremos las plantas al azar o “a ojo”.
Poco riego
Dentro de esta categoría entran prácticamente todas las plantas aromáticas y medicinales mediterráneas, como el romero, oréganos, manzanilla o tomillo, así como el aloe vera. Los ajos y cebollas también forman parte de este grupo, ya que no son muy exigentes en cuanto a hidratación.
Riego regular
Este es el grupo más amplio, pues en él estarían las plantas ornamentales, como las rosas, petunias o abutilones, así como las aromáticas y medicinales más exigentes en cuanto a hidratación, como la albahaca o la caléndula, además de la mayoría de hortalizas que se deben regar regularmente pero sin llegar a ser encharcadas como las acelgas, pimientos, tomateras, habas, guisantes, pepinos, y casi todas las de raíz (zanahoria, rábanos…). Si queremos cultivar las hortalizas en la misma zona del huerto, hay que informarse para conocer qué hortalizas no se llevan bien entre ellas.
Riego abundante
Las begonias y hortensias son de las plantas que más humedad necesitan junto con los puerros, las coles, el apio, las acelgas o alcachofas, además de requerir bastante sombra. En el caso de los calabacines necesitarán mucha agua pero también mucho sol.
Por tanto la agrupación de las plantas según sus necesidades de riego es una técnica fácil para acordarnos de la hidratación que necesita cada cultivo, y como hemos visto, no tiene casi ninguna complicación.