Aguas oscuras, Claudia Gray
Publicado el 12 enero 2012 por Olgasalar
El Titanic, el barco de pasajeros más grande del mundo, está listo para zarpar. En su lujosa primera clase, viaja la señora Regina y sus hijos Layton e Irene, acompañados de su sirvienta, Tess, una chica de dieciocho años que sueña con llegar a Nueva York y empezar una nueva vida lejos de la familia para quien trabaja desde pequeña. Justo antes de embarcar, mientras se ocupa de unos encargos que le ha encomendado la señora Regina, Tess conoce a Alec, un atractivo viajero de primera clase. Alec es hijo de un adinerado magnate y, como Tess descubre esa misma noche, esconde un oscuro secreto: es un hombre-lobo y, además, se encuentra en apuros porque una peligrosa hermandad, cuyo líder también está en el Titanic, lo persigue para intentar hacerse con su herencia… Mientras su obsesión por Alec crece día tras día, Tess deberá enfrentarse a un peligroso juego de poderes. Y el destino se encargará de complicar todavía más la situación cuando el Titanic choque con un iceberg al sur de las costas de Terranova…
Tess es una sirvienta al servicio de una familia noble, recientemente ha ascendido a doncella personal de la hija de la familia, aunque ella aspira a algo más. Está dispuesta a dejar Inglaterra y viajar en el Titanic rumbo a Nueva York para cambiar su vida. Ha ahorrado todo el dinero que ha ganado y cree que al otro lado del océano la espera su oportunidad.Pero entonces conocerá a alguien y su vida dará un giro inesperado. Conocerá un secreto que puede destruirla para siempre.Claudia Gray deja la academia Medianoche y se adentra en los entresijos de la novela histórica de la mano del transatlántico más conocido de la historia. El Titanic.El Titanic en sí mismo, es una historia muy trillada, constante en documentales, películas..., pero Gray le da otra vuelta de tuerca cuando le añade el efecto paranormal al incluir a hombres lobo entre el grueso de pasajeros.
Pero no hay que pensar que por tratarse del Titanic y conocer qué criatura sobrenatural se pasea por sus cubiertas ya lo sabemos todo. Nada más lejos de la realidad... El misterio queridos lectores, nos acompañará durante toda la travesía. La autora entremezcla elementos históricos, con elementos fantásticos y el resultado es una historia atrayente y adictiva de principio a fin.
"Ahí está, tan grande como lo recordaba e igual de salvaje. Es la primera vez que veo a su ser lobuno a plena luz, y me impacta lo aterrador y bello que es. Sus colmillos, blancos y brillantes, son grandes como cuchillos, y el pelaje proyecta reflejos castaños cuando se eriza sobre el largo lomo. Las cuatro pezuñas plantadas en el suelo son anchas como platos y están coronadas por garras curvas"
La elección del personaje femenino es un punto interesante, en este caso la protagonista no es la señorita rica sino la sirvienta que la atiende. Una chica decidida y valiente que se arriesga con la mentalidad de medrar socialmente. En muchos aspectos es más de este siglo que del siglo pasado.
Alec es un personaje escindido entre su propia personalidad y sus circunstancias. En algunos momentos le falta ser más activo, pero desde el principio resulta atrayente e interesante. Todo lo contrario que Mijail que nos infunde aversión desde el primer encuentro. Las clases sociales no solo están en los compartimentos que ocupan los tripulantes del barco, ni en la ropa que llevan. La diferencia social se extiende a la personalidad. La lealtad, el buen corazón... Son características que le son ajenas a casi toda la familia Lisle, salvo alguna excepción. Irene es el único miembro de la familia Lisle que vale la pena.
Los sirvientes viven en otro mundo, con otras reglas, aunque hay excepciones como la señora Horne. En conjunto hay una homogeneidad. Del mismo modo que ocurre entre los sirvientes y los señores, la nobleza se opone a los americanos adinerados, que se muestran más amables y menos clasistas.No es una sorpresa en la historia el hundimiento del Titanic, como ya he comentado anteriormente; la sorpresa residirá en la última página cuando comprobemos que la historia da para más. En realidad para mucho más.