Lo he comprobado: la Coca Cola no sabe igual. Leí que gente de Estados Unidos buscaba cocacolas mexicanas porque la fórmula allá había cambiado (nota AQUÍ); no sé si será el mismo cambio, pero la que se bebe en Querétaro ha cambiado también.
Superé que Nestea me dejara sin uno de los sabores más importantes de mi vida, pero esto es demasiado. No soy una gran bebedora de cocacolas, el problema es lo disturbante de perder algo emblemático. Y ya fue.