Ahora por aquí.....

Hoy nos adentramos por la calle Pelota que se abre entre el Ayuntamiento y el edificio Amaya (en la foto), no la recorreremos entera, solo un poquito, hasta llegar a  una pastelería en la que venden el típico Turrón de Cádiz, en la otra está Tinoco, una tienda de ropa donde  los romanos se compraban los primeros trajes de faena para pelearse con los leones ¡¡¡no es antigua ni ná!!!. Nos adentramos en la calle Marqués de Cádiz, una de las múltiples"callecitas" estrechas, que están hecha adrede, para que sus vecinos pudiesen hablar unos con otros sin salir a la calle, hasta tirar por Ruiz de Bustamante donde, los recuerdos se me amontonan al llegar a la "casapuerta" donde se encontraba la sede del club donde jugaba al fútbol, el Balón de Cádiz, con nuestro añorado presidente Pedro Fernández, el cual, quería tanto a su equipo que en los momentos de dificultades económicas (casi siempre)  empeñaba  hasta los muebles de su casa,  seguimos hasta llegar a la calle Santiago, sitio que no se pueden perder en Semana Santa para ver como pasan rozando los pasos por los balcones, allí los vecinos hasta les pueden limpiar las lágrimas y darles un "vasito" de agua a las vírgenes para calmarles en su dolor, de tan cerca como las tienen. Y llegamos a la preciosa plaza de Candelaria, sitio, donde nuestros mayores y mamás con sus nietos o hijos pasan la tarde, charlando animadamente al cobijo de los árboles a la fresquita, es una plaza muy familiar, presidida por el político gaditano Emilio Castelar, nacido en esta misma plaza. Seguimos por Montañez y llegamos a la pequeña plaza del Palillero que nos sirve de anfitriona para adentrarnos en la calle Ancha a través de Novena, llamada así, porque era más ancha que las demás calles, fué el centro neurálgico de esta ciudad en el siglo XVIII junto con la plaza de San Antonio, aquí se encuentra el Rectorado de la Universidad de Cádiz, en el número 16 en una casa que fue conocida por la casa de los Cinco  Gremios, también está el Palacio de los Mora,en los números 28 y 30,  la Iglesia de San Pedro y San Pablo,  en fin, es una calle de obligada visita con pasitos cortos. Y al final de ella, entramos en la inmensa, antes citada, plaza de San Antonio, donde hay un dicho, que decía que las solteras tenían que ir a rezarle al santo para que le saliera novio, y algunas, pues...............ni eso, las pobres. En esta hermosa plaza hay edificios como el Casino Gaditano, o la casa Aramburu, dignos de ver y admirar. Aquí se da el pregón del Carnaval de Cádiz, que da lugar al comienzo de la fiesta en la calle. Como estamos con ganas de más, pues seguimos por la calle Veedor, ¡¡allí hay un freidor, por el si pasas sobre la una de la tarde, te comes un papelón de "choquitos fritos" con su cervecita correspondiente en una sentá, y llegamos a la plaza entrañable del Mentidero, donde vivió, entre otros, la escritora "Gitanilla del Carmelo", porque allí todos son importantes y atravesando la calle Hércules llegamos a la plaza del Falla donde se encuentra el hermosisimo teatro que lleva su nombre, donde entre otras actividades, da lugar al célebre concurso de agrupaciones de carnaval, donde los autores dan rienda suelta a la imaginación y piropean y denuncian, al mismo tiempo las cosas que nos traen de cabeza, también está la afamada y vetusta Facultad de Medicina donde tantos y tantos médicos de todo el país, se han formado entre sus paredes, de la misma forma e importancia, está la Casa de las Viudas, donde están acogidas personas mayores con poco poder adquisitivo. Hasta llegar al Parque Genovés donde se une la hermosura de sus árboles con esas vistas al mar desde ese  inmenso balcón que posee Santa Barbara. Y es que amigos, Cádiz es como un joyero, que cuando lo abres, y lo ves tan repleto de  joyas a cual más bonita y es que no sabes con la que quedarte.                               Bueno eso es todo por hoy, gracias por seguir ahí, mucha salud y mucha suerte.