El catálogo de formas en las que elige es interminable, las estructuras agotan sus variaciones y se rehacen, comienzan con el fin de las ciudades. Retículas sin fin en donde reproducirse y deshacerse una y otra vez. Hasta que cada diseño no haya encontrado su ciudad, seguirá renaciendo.
El Rey Chamán ha dicho que las alas que ha visto volar son los paraguas desconfiados bajo los cuales miles de párpados pesados bajarán las miradas, gente que creyendo volar apenas alzaron del suelo. ¿Se equivoca el oráculo?, ¿El sueño del Rey es infiel a la verdad?... no necesariamente.
Quizás todo consista en saber qué palabras pronunciar, qué gestos realizar, qué orden elaborar, qué ritmo manifestar y hacerlo de ese modo en un momento ideal. No obstante, es preciso que todo ocurra como por casualidad, sin darle demasiada importancia, sin la pretensión de estar realizando una operación decisiva, teniendo en cuenta que de un momento a otro Aksallah puede cambiar el tiempo de su relación, y mutar nuevamente, yéndose hacia otro cielo más estrellado.
©® Susana Inés Nicolini(Todos los derechos reservados)
(de mi saga: Ciudades santas, Ciudades diablas) Copyright by Susana Inés Nicolini. Todos los derechos reservados