
Al fin juntos.
Ese tic tac que escuchamos hace rato, lo llevo oyendo mucho más tiempo que tu, exactamente desde la última vez que estuvimos juntos. A partir de entonces me acompaña día y noche. Ahora nos deleitaremos un poquito más con ese sonido que he aprendido a amar y a ti te aterroriza. No entiendo por qué desde aquel día me has estado evitando, en cambio no dejas de jugar a las peleítas con ese niñato volador. Pero al fin he conseguido subir a tu barco. Y, ¿sabes algo? Tengo un hambre atroz.
Torcuato González Toval
