Lo llevaron a una celda. Desde la de al lado un hombre le habló: "¡Hola, hijo!".
Revista Talentos
Entregó toda la documentación que llevaba. Colocó sobre la bandeja las monedas que aún tenía en el bolsillo. Se quitó el reloj, miró a través del cristal y solo apreció la seriedad del guardián.
Lo llevaron a una celda. Desde la de al lado un hombre le habló: "¡Hola, hijo!".
Lo llevaron a una celda. Desde la de al lado un hombre le habló: "¡Hola, hijo!".