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Al límite de la vida

Publicado el 20 diciembre 2011 por Jocoma

Al límite de la vidaA ese límite han llegado algunaspersonas por culpa de la crisis. No exagero, no. Mientras unasola persona se quite la vida por culpa de esto… ¡Todos somosresponsables! No quiero dramatizar, de verdad. Esta mañanahablaba con un profesional muy relacionado con la construcción yotro empleado de la banca, y he quedado sorprendido cuandointentaba hablarles sobre el nivel del drama y no me dejaban;he optado por escuchar y no hablar. Ellos lo veían de otra manera, ami entender superficial; a pesar de que su análisis era correcto yculto, no iban al drama personal de algunos ciudadanos de a pié quelo estaban sufriendo de otra manera. La posición del “constructor”era de preocupación, pero parece que aún puede aguantar un pocomás; la del “banquero” era más tranquila: “Lo peor que mepuede pasar es que me prejubilen. Estoy dispuesto incluso a ganarmenos si esto ocurre. Mejor.” Era el más bien situado. Conoce muybien la tragedia cuando tiene que llamar a los morosos para que ledigan que no pueden pagar. Lo ve, pero como está en la “maquinaria”,no quiere ir más allá y no se plantea otras cosas. Veo que esuna tragedia y estamos mirando hacia otra parte. El“banquero” lo ve técnicamente: Que si la culpa la tiene elciudadano que pidió por encima de lo que podía pagar, que sitambién tenían la culpa los Bancos que lo ponían fácil y sehacían la competencia, que si los especuladores, que si el Banco deEspaña que lo veía venir y no hizo nada, que el que de verdad seadelantó es el Botín del Santander que “vendió” los activosinmobiliarios a una sociedad instrumental antes de que les “volaran”… Nadie hacía referencia a las personas, a los ciudadanos anónimosque lo estaban sufriendo en sus carnes. Aquellos que en un momentopodían pagarlo (vacas gordas) y que ahora, con la crisis, no pueden.He intentado exponer la situación de los de abajo, pero no me handejado: “Eso no interesa”. Pero ahí hay una tragedia que estánsufriendo los desgraciados. Los desahucios están a la ordendel día. Y eso lleva a desastres familiares y personales,¿conoces algún caso de ruptura matrimonial, depresión, intento desuicidio, o robos “a la desesperada? ¿No hay ningún “medio”que difunda estadísticas y reflexione al respecto? No hablo de losperiodistas (la voz de su amo) sino de los “poderes”.Al límite de la vida
El viernes pasado asistí a una charlaque daban un chico y una chica de entre 25 y 30 años (miembros dePAH, Stop desahucios), que vinieron a mi pueblo a informarnos sobrelo que están haciendo desinteresadamente en apoyo de la gentedesahuciada. Lo organizaba “Sueca ix al carrer” (Sueca sale a lacalle) en el Ateneu suecano, y como una de las actividades de su“Àgora indignada”. Estos jóvenes nos hablaron de latragedia escondida (vergüenzas por todos sitios yhundimientos), y cómo se ponían a su lado y les daban apoyoafectivo, psicológico y legal… totalmente altruista. Nosinformaron de la situación y de lo que considero una “meritorialabor”. En un momento la chica dijo algo así como: “Losciudadanos siempre vamos por delante de las leyes”. Y esoes precisamente lo que yo pensaba antes. Ahora pienso que, sin dejarde ser verdad esto, el problema es que las leyes están hechaspara los de arriba (políticos y banqueros) “a su conveniencia”,en detrimento de los ciudadanos, y que cuando no tienen másremedio “van soltándonos cuerda”, a los que no incordiamos ysomos buenecitos que votamos cada cuatro años. Por cierto, al“constructor” y al “banquero” no los vi por la charla.
Al límite de la vidaEstos dos, ni siquiera me dejaronexponer una solución. En épocas de bonanza, de una forma u otratodo va, pero llevamos cuatro años de crisis y puede que tengamoscuatro años más por delante. ¿Cuánto les costaráreaccionar (a los poderes políticos y económicos) para que haganuna ley que regule la moratoria hasta que pase la crisis? Ymientras tanto, desastres. Hay algún Banco que ya lo estáaplicando, pero “graciosamente” como su majestad; porque leinteresa, así de simple, no por humanidad. Tiene que regularsela moratoria y el pago de un alquiler superreducido mientras estadure, hasta que se pueda retomar el pago de la deuda y enotro caso la dación en pago.
Al límite de la vidaDentro de unos años, a toro pasado,nos enteraremos de las barbaridades que ha producido la situación,entonces por un momento nos sorprenderemos… pero como ya ha pasado…Pero ahora ya se tienen datos. Se sabe que en nuestro país y los denuestro entorno, ha aumentado el número de suicidios, y no te digonada del número de separaciones y divorcios a que ha llevado lafalta de dinero (discusiones, mal clima, desesperación, caída en lafalta de respeto mutuo… y huída a casa de los padres de ella consus hijos, y él a la de los suyos o ves a saber (si no los hanechado a la calle porque avalaron la hipoteca del piso del hijo conel suyo)… Cuando no hay dinero todo es violencia y reproche.
Dejémonos de grados deresponsabilidad, TODOS SOMOS RESPONSABLES. Hay que cambiar laley y dar una moratoria, no esperar a que los Bancos lo hagan a suconveniencia.
Última hora: La morosidad se sitúa enoctubre en el 7,416%, un nivel que inédito desde hace 17 años. Eldato, que es cuantitativo, contiene un valor cualitativo. Ahí dentrohay mucha gente sufriendo, y de los que pagan, un buen porcentaje,también.
Al límite de la vidaY encima, los gobiernos endeudándosepara que políticos, banqueros y “otros vividores de alto rango”puedan seguir “sin crisis”.Al límite de la vida
Dales caña a… démonos caña porconsentir que esto esté ocurriendo.
Juan-Lorenzo[email protected]                                                          Mas artículos sobre denuncia

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