Revista Diario

Al, muchacho, ¿qué se cuenta Frank Sinatra?

Publicado el 18 enero 2015 por Israel_esteban @PsicoMarket
Al, muchacho, ¿qué se cuenta Frank Sinatra?

Gracias a ti, querido Al, se pusieron a funcionar los malditos sacapuntas que dormitan en el fondo del cajón de mi escritorio; junto con los ocupas grafiteros. Enormes lápices fueron arrodillándose, empequeñeciéndose, a modo de reverencia, en los subterráneos de cada una de tus frases, dejando su sedimento o su alma para remarcar algo, del todo, irrepetible.      Diez lapiceros cayeron en la batalla de tu libro “Humo en la recámara”, otros tantos en “Almas de nueve largo” y así, cientos de ellos se inmolaron para resaltar tanto acierto que de haber sido lotería no hubiera existido máquina alguna que hubiese podido contar tanto dinero.     Contigo sigo aprendiendo, qué más da que te hayas mudado de ciudad, de mundo o de plano astral, tal vez en uno en el que las nubes no sean de tabaco. Probablemente aprenda más de tus libros de la vida que en cualquier universidad, aunque sea solo por correspondencia.

     Cada vez que cierro uno de tus libros para irme a la cama, mi pelo huele a nicotina y por mi camiseta se evaporan los perfumes de las mujeres del Savoy. Tus libros me dan sueños, tus frases y tus ácidos personajes hacen que los míos crezcan exponencialmente. Porque tu universo ha enriquecido al mío; ha contribuido a expandirlo de tal forma que tengo la convicción de que si mandara una nave jamás regresaría.       Al final, después de todos estos años, llegué a la lógica convicción que más me hubiera valido subrayar lo único que carecía de interés, como los aspectos legales del libro y la fecha de impresión. Hubiese terminado mucho antes y se hubieran salvado muchas vidas.

Hasta siempre Alvite y gracias por todo.Por Israel Esteban.



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