Revista Literatura
Al natural
Publicado el 07 diciembre 2016 por TorcuatoAl natural
De un certero bocado, le arrebató el pincel. Desnudo, con él en la boca, correteó a cuatro patas por todo el estudio. Después lo zarandeó con intensos movimientos de cabeza y terminó partiéndolo en dos. Se rascó la oreja con el pie y aulló satisfecho. La pintora no daba crédito. Aquel chico parecía normal y en la agencia de modelos le habían dado muy buenas referencias. Tomó valor y cogiéndolo del brazo lo guió otra vez hacia la posición de posado.Antes de ponerse de nuevo a pintar se asomó a la ventana para calmarse. Ya era de noche y una espléndida luna llena iluminaba el cielo.Torcuato González TovalFoto tomada de la Red