Revista Talentos
Alas
Publicado el 22 junio 2010 por SstucchiAnte sí se revelaba un horizonte pletórico de posibilidades, un vasto mundo por descubrir, abundante en misterios que incitaban su curiosidad, que despertaba luego de un largo y penoso letargo. Atrás quedaría la ominosa pesadilla del encierro. Pero, ¿de qué vale engañarse? En realidad, aquel claustro del que ahora pretendía huir y del cual despotricaba sin concesión, lo había albergado cuando más lo requería, en momentos de tormentosas vivencias. Es más, aquella celda sin luces había sido obra suya, aunque los recuerdos de tales hechos le resultasen hoy nebulosos a su memoria. No recordaba ya que el mundo nuevo al cual pretendía con ímpetu lanzarse era en verdad conocido, y sus supuestos descubrimientos no serían más que reencuentros con tiempos idos. No importaba. El reto se abría ante sus ojos, y el abismo insondable le resultaba irresistible. Sin embargo, no fue capaz en su entusiasmo, de percibir a tiempo un detalle. Ya no tenía alas...