Alas para un corazón
de David Almond
Pocas veces me veo sin palabras a la hora de empezar una reseña. Siempre hay algo por decir de un libro, algo bueno o malo. Algo. Acabo de cerrar Alas para un corazón y sinceramente, estoy sin palabras. O mejor dicho, sólo tengo una en mente: especial.
Las novelas de Nube de tinta suelen tener ese punto de distinción que las diferencia del resto de oferta del mercado, así que ya esperaba algo diferente cuando empecé con esta historia, pero lo que he encontrado ha superado todas mis expectativas.
Michael nunca se habría cambiado de casa. Él habría preferido seguir en el mismo barrio, con los mismos amigos, saludando todos los días a los vecinos de siempre. Pero si Michael no hubiera llegado a Falconer Road, jamás habría descubierto la belleza y el misterio de todo cuanto nos rodea, ni hubiera aprendido que no hay mejor escuela que la de la vida; tampoco habría escuchado el verdadero latido de la naturaleza y, sobre todo, no habría conocido a Skellig, un ser extraordinario que cambió su vida y la de su familia para siempre...
Me llamó la atención eso de "el verdadero latido de la naturaleza" y supongo que por eso pensé algo distinto a lo que finalmente he encontrado en Alas para un corazón. Además de especial, hay otra palabra que lo define: extraño. David Almond ha creado una historia aparentemente sencilla llena de magia y misterio: un niño descubre en el garaje de su nueva casa a un hombre harapiento que logrará ganarse su corazón y el de Mina, la nueva vecina y amiga de Michael. La relación entre estos tres personajes y el estado de salud de la nueva hermanita de Michael, enferma del corazón, centran todo el libro. No hay acción, ni tampoco grandes misterios más allá de quién es el hombre del garaje en realidad. O mejor dicho, qué es.
Esos tres personajes principales consiguen atrapar el corazón del lector, cada uno a su manera: Michael con su inocencia y su preocupación, Mina con su sabiduría de niña y Skellig con sus misterios. Son personajes llenos de sentimientos, llenos de vida, de esperanza. No hay un gran trabajo de profundización, pero no es necesario, porque de hecho, creo que Alas para un corazón es más una fábula larga que una novela.
Es una fábula sobre la vida, la naturaleza y el mundo en el que vivimos para todas las edades. David Almond utiliza una prosa sencilla y clara, y con ella construye un mensaje que consigue ser lo contrario: complejo, misterioso, a veces difuso, e inteligente. Además, el hecho de que la narración sea desde el punto de vista de Michael, otorga a la historia un punto extra de inocencia.
Pero no todo son cosas positivas. Aunque Alas para un corazón me ha gustado, no ha conseguido conquistarme como creía que lo haría. He sentido cada una de sus palabras, y he compartido los sentimientos de los personajes, pero no han conseguido enamorarme. Como he dicho, es un libro sencillo, sin gran profundización en los personajes principales (y tampoco en los secundarios) y tampoco grandes pretensiones. Creo que es de esas historias que se sienten o no se sienten y eso, al fin y al cabo, es una cuestión más personal que literaria.