Para todo hay un principio, hasta para la vida romera. Ésta ha sido la primera romería de Cecilia, que la ha vivido tan intensamente como nosotros.
Reconozco que me emocioné, al salir del Calvario con ella en brazos.
Se me llenaron los ojos de lágrimas pensando que, la última vez que vine a la romería hice el camino a pie, junto a la carroza y ahora, detrás de ella, iba con mi niña en brazos y mi sueño de aquel año se había hecho realidad éste.
Se ha puesto todos los vestidos.
Tres tiene de las manos de tres costureras.
Cecilia ha alucinado con "las jacas" y todavía las llama, a pesar de que ya haya terminado la romería.
Y ha vuelto al baño improvisado, esta vez en un lavabo...
Nosotros hemos vivido con ella todos los momentos que nos han permitido sus diez meses de vida y podemos presumir de haber vivido una romería muy especial.