2 Timoteo 4:2
“…que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye,
reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”
Un hombre de negocios visitó la iglesia de una gran ciudad y después del sermón felicitó al ministro por el buen culto y el sermón. “Pero”, dijo el manufacturero, “si usted fuera mi agente de ventas, yo lo despediría. Usted atrajo mi atención por su manera de presentarse, por su voz y por sus modales.
Su oración, su lectura de la Biblia, y el discurso lógico despertaron el interés. Usted calentó mi corazón con un deseo de obtener lo que usted estaba predicando, y en seguida se detuvo sin pedirme que hiciera algo para conseguirlo. En los negocios lo importante es hacer que la persona firme en la línea de puntos que aparece en los contratos.”
Juan el Bautista atrajo la atención por su presentación y su manera de predicar, y los corazones se conmovieron con su mensaje; pero como culminación de todo, él persuadía a las gentes para que hicieran frutos dignos de arrepentimiento y se sometieran al bautismo como una demostración de su propósito de olvidar sus pecados y vivir una vida nueva. (Arnold).
________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
.
Share this: