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Te quiero, dijo el pájaro.
Te quiero, eso dijo.
También dijo que me veía muy delgado.
Lo dijo despacio: te veo muy delgado.
El lenguaje pájaro no es difícil.
Yo lo aprendía un año de vacaciones
(mi año de vacaciones entre los pájaros).
Y no aprendí nada más ese año de vacaciones.
El pájaro me abrazó con sus alas.
Me abrazó con mucho cariño y me rozó con su pico.
Me rozó con su pico curvo suavemente.
Pensé en hablarle en lenguaje cisne y alce el cuello.
Alce el cuello para pronunciar bien las palabras.
Elegí cisne negro aunque también sé hablar cisne blanco.
Quise hablar en cisne y así curar mi miedo.
Dije: me dan sueño tus alas.
Eso dije: tus alas me dan sueño.
Y el pájaro dijo, lo dijo en cisne blanco clarísimo:
yo sólo persigo el absoluto.
Persigo el absoluto, eso dijo.
Y preguntó si me podía leer las líneas de la mano.
Qué extraño, dijo cogiendo mi mano roja.
Y movió las alas.
Movió las alas de manera muy elegante.
Yo lloré emocionado y dije:
es una suerte estar vivos.
Me dio vergüenza llorar
y cerré los ojos.
Es una suerte estar vivos,
eso dije mientras cerraba los ojos.
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margin-left:1.6in;margin-bottom:.0001pt;text-indent:.0in;line-height:20.0pt;
mso-line-height-rule:exactly">Ilustración: Billy Martin, Black Ghost, 2007