Es más que posible
que haya muchos que maldigan
estas letras. Que se aburran
de los que seguimos hablando
de historias de amor en versos;
en estos tiempos de crisis
económica y política,
que abraza a su cartera
y a sus trajes.
Es posible que hasta yo
maldiga mis letras algún día.
Quizá hoy, quizá mañana.
Y me pregunte por qué sigo
hablando de estas cosas
en poemas.
Pero también es muy posible
que siempre me responda
lo mismo:
“que alguien
tiene que hacerlo“.