Después de nuestra expedición del viernes a Yiwu, me queda contaros nuestro fin de semana, ya es el cuarto que hago en Shanghai, lo que quiere decir que ya llevamos un mes en Shanghai… cómo pasa el tiempo, tengo la sensación de que llevamos muchísimo más tiempo aquí y es que todo está siendo tan intenso…El sábado vino a casa, por segunda vez, la ayi… ay! la ayi, esta vez no nos entendimos tan bien como la primera, pero poco a poco, guiándola y supervisando lo que hace pues nos vamos aclopando. Ya os comenté que hemos adoptado la costumbre de dejar los zapatos en la entrada, al llegar la ayi, se dió cuenta de inmediato y al no tener nosotros zapatillas para invitados ni los plásticos azules cubre-zapatos (ya los hemos comprado), pues se metió en el lavadero a lavar las suelas de los zapatos… (detalle de pureza de mi ayi)En clase aprendí a preguntar ¿cómo te llamas? en chino, de modo que me aventuro a soltar mi frase y cual es mi sorpresa que no me entiende… qué impotencia no poder comunicarme con ella, con lo que me gusta hablar… total que, al final, al estilo “yo Tarzán, tú Jane”, le dije que yo era Tesa y ella me dijo cómo se llamaba (aunque ya no me acuerdo del nombre, es que era lárguísimo!!)El domingo hicimos un poco de turismo, fuimos al Templo del Buda de Jade, que está relativamente cerca de casa. Es un templo de budismo zen, no sé exactamente lo qué es, pero vimos algunos monjes, de muy buen humor, hablando o dando consejo a sus “feligreses” y también vimos algunas monjas bodistas, aunque éstas no eran del templo, sino que había un congreso (o eso pensamos) y allí estaban todos: mezclados pero no revueltos…El templo, está en un barrio totalmente chino, y, con totalmente chino, quiero decir sin rastro de “occidentalidad”, una calle bulliciosa, llena de tiendas con el género expuesto en la calle: frutas, verduras, pescado vivo y la carne sin ningún tipo de control, no sólo sanitario, ni siquiera higiénico, ahí expuesta… en una mesa en la calle, como si de fruta se tratase…El Templo está compuesto por varios edificios, cada uno con diversas salas con su correspondiente “divinidad”, algunos en torno a un patio y rodeados de plantas y de agua, pero junto con las distintas estatuas de Buda a los que se arrodillan a rezar hay una tienda al lado, en el que venden, desde camisetas a estatuas de oro de buda, pasando por bisutería, mantelerías o cuadros y láminas pintadas con la uña (veis la uña es un a herramienta de trabajo aquí en China). Me viene a la cabeza el pasaje de la Biblia de Jesús echando a los mercaderes del templo… pero aquí no conocen a Jesús y lo de comerciar dentro del templo es algo muy natural, forma parte de su cultura. Pero no queda ahí, si no que tienen una tetería y una cafetería (donde tomé café de fresa y una tarta de chocolate vegetariana riquísima) y, además, una de las salidas del templo es, a su vez, la entrada de un hotel… un poco raro
Después de nuestra expedición del viernes a Yiwu, me queda contaros nuestro fin de semana, ya es el cuarto que hago en Shanghai, lo que quiere decir que ya llevamos un mes en Shanghai… cómo pasa el tiempo, tengo la sensación de que llevamos muchísimo más tiempo aquí y es que todo está siendo tan intenso…El sábado vino a casa, por segunda vez, la ayi… ay! la ayi, esta vez no nos entendimos tan bien como la primera, pero poco a poco, guiándola y supervisando lo que hace pues nos vamos aclopando. Ya os comenté que hemos adoptado la costumbre de dejar los zapatos en la entrada, al llegar la ayi, se dió cuenta de inmediato y al no tener nosotros zapatillas para invitados ni los plásticos azules cubre-zapatos (ya los hemos comprado), pues se metió en el lavadero a lavar las suelas de los zapatos… (detalle de pureza de mi ayi)En clase aprendí a preguntar ¿cómo te llamas? en chino, de modo que me aventuro a soltar mi frase y cual es mi sorpresa que no me entiende… qué impotencia no poder comunicarme con ella, con lo que me gusta hablar… total que, al final, al estilo “yo Tarzán, tú Jane”, le dije que yo era Tesa y ella me dijo cómo se llamaba (aunque ya no me acuerdo del nombre, es que era lárguísimo!!)El domingo hicimos un poco de turismo, fuimos al Templo del Buda de Jade, que está relativamente cerca de casa. Es un templo de budismo zen, no sé exactamente lo qué es, pero vimos algunos monjes, de muy buen humor, hablando o dando consejo a sus “feligreses” y también vimos algunas monjas bodistas, aunque éstas no eran del templo, sino que había un congreso (o eso pensamos) y allí estaban todos: mezclados pero no revueltos…El templo, está en un barrio totalmente chino, y, con totalmente chino, quiero decir sin rastro de “occidentalidad”, una calle bulliciosa, llena de tiendas con el género expuesto en la calle: frutas, verduras, pescado vivo y la carne sin ningún tipo de control, no sólo sanitario, ni siquiera higiénico, ahí expuesta… en una mesa en la calle, como si de fruta se tratase…El Templo está compuesto por varios edificios, cada uno con diversas salas con su correspondiente “divinidad”, algunos en torno a un patio y rodeados de plantas y de agua, pero junto con las distintas estatuas de Buda a los que se arrodillan a rezar hay una tienda al lado, en el que venden, desde camisetas a estatuas de oro de buda, pasando por bisutería, mantelerías o cuadros y láminas pintadas con la uña (veis la uña es un a herramienta de trabajo aquí en China). Me viene a la cabeza el pasaje de la Biblia de Jesús echando a los mercaderes del templo… pero aquí no conocen a Jesús y lo de comerciar dentro del templo es algo muy natural, forma parte de su cultura. Pero no queda ahí, si no que tienen una tetería y una cafetería (donde tomé café de fresa y una tarta de chocolate vegetariana riquísima) y, además, una de las salidas del templo es, a su vez, la entrada de un hotel… un poco raro
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