Antes de entrar en casa extraña, aguza el ojo, mira bien –Havamal, traducción libre
Me da pena admitir que algunas historias de éxito que he seguido acaban mal. Algunas historias de esperanza en las que he creído acaban en el desastre. Dejé que otros persiguieran sus sueños, mientras yo seguía el camino seguro aconsejado por la prudencia. Resulta que la prudencia tenía razón.
La prudencia tenía razón. Esos gurués vendedores de agua fresca, de I-water estaban equivocados.
Lástima.
Ahora conozco casos, incluso blogueros que seguí. No digo quiénes son porque no soy de quien hace leña del árbol caído. Sobre todo porque llegaron a ser robles y yo no soy más que un arbusto espinoso.
Pero que sigue aquí.
¿Y qué os quiero decir?
Que tengáis cuidado, que no os sintáis menos por no seguir la última tendencia.
Que soñéis, pero con todo el cerebro, también con la parte que piensa.
Que los principios son inmutables
Y yo ya lo he visto, con tristeza
(Mañana más)
Foto CC –by Cameron Strandberg
