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Alice in Wonderland
Hace mucho tiempo que debí haber ingresado esta entrada. Sin embargo, no había tenido tiempo de escribirla y, cuando había tiempo, no tenía ganas. Hoy, a pesar del tedio, escribo.
La miramos con Aqua, se podría decir que hace meses. Por eso el comentario parecería tardío pero, como dicen por ahí, más vale tarde que nunca.
Cuando salí del cine pensé dos cosas: Tim Burton sucumbió a la pulcritud correcta de Disney y, al mismo tiempo, dejó una sombra de su sello. ¿Qué me gustó? Es bastante superfluo pero me encantó la forma en que se iba transformando el vestido de Alicia y también que se respetara la deformidad de la Reina de Corazones. ¿Qué no me gusto? En lo particular que no hubiera algo que realmente me sorprendiera, nada que me dejara con la boca abierta. Porque hasta la caía de Alicia a través del hoyo es más de lo mismo. Incluso el Sombrero Loco es un Willy Wonka transformado en Sombrero. Lástima, porque Johnny Depp me encanta. En resumen, Alicia es de una estética impecable, hermosa, dentro de los parámetros acepticos de Disney, pero poco oscura, como esperaba que la sellara Tim Burton. Una película que vale la pena ver aunque no te lleves la megasorpresa del año.
Salud, amigos virtuales…
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