La boca del infierno es una cafetera vacía cuando vas a echarte un vaso.
En las playas de la Térmica, la chimenea de ladrillo de la antigua fábrica ha exhibido por años mi verdadero nombre, graffiti gigantesco en letras blancas.
Y mira a quién llevan por los fríos pasillos del edificio colindante. Justo ahora, cuando pienso si debería volver.
Justo ahora, hacen cosas. Dicen que hacen cosas.
Esto es casualidad... pero ha dejado de ser una broma.