¡Hola a todos/as! Empieza a atardecer este 2018 y tengo la sensación de que ha avanzado a una velocidad endiablada. Parece que hace un momento estaba brindando con champán por el nuevo año, hace otro instante disfrutando de los rayos de Sol y del verano eterno de las fiestas de pueblo y que mañana mismo será 2019. Creo que no me viene bien que esto vaya tan rápido.
Estas semanas he estado más metido en lo musical que en lo literario. Últimamente las palabras me salen mejor en forma de canción y eso hago, me encanta coger la guitarra y contar historias. Creo que, al fin y al cabo, la música es literatura, un buen modo de dar rienda suelta a la creatividad y las palabras, aunque algunos se empeñen en llamarle música a cualquier cosa y no vivamos buenos tiempos. Yo seguiré aportando mi granito de arena intentando crear letras que emocionen e intentando traer aquí las letras que me emocionan a mí, como lo hago hoy.
Hoy os traigo un grupo, una canción que, a decir verdad, no sé por qué no ha estado aquí antes. Un grupo que es melancolía y tristeza, pero también éxtasis y diversión, es calma y delirio, cerrar los ojos y saltar bailando. Hoy os traigo a Love of Lesbian y su temazo Allí donde solíamos gritar.
Podría decir que Love of lesbian es mi grupo favorito, tal vez compartiendo podio con Vetusta Morla y Supersubmarina, pero no recuerdo exactamente cuándo los descubrí. Sé que en 2009, mientras estudiaba filología en Alicante, ya escuché hablar de ellos por algún concierto que dieron por la zona pero creo que no fue hasta 2010 o incluso 2011 cuando empecé a escucharlos con regularidad, probablemente en una web llamada Rockola fm, la misma en la que descubrí a Supersubmarina y la cual fue un nuevo universo para mí en cuanto a la música alternativa se refiere.
La voz de Santi Balmes no es fácil, cabe decirlo, no es la voz perfecta, esa que te deja aniquilado por afinar bien todas las notas. No, podríamos decir que es la voz perfecta para que ningún productor te quiera grabar un disco, la antivoz. Es grave pero no llega a bonita, parece que en cualquier momento se vaya a asfixiar y no vaya a poder pronunciar la siguiente frase, diría incluso que es demasiado lineal. Sin embargo tiene algo, no sabría decir muy bien qué, puede ser desgarro, tristeza o un atisbo de soledad, quizá es tan normal que eres tú mismo cantando y sintiendo la historia que cuenta, tal vez eso es lo importante: saber contar la historia, no cómo es la voz que la cuenta.
A pesar de ello, Love of lesbian no sería nada sin Santi Balmes, pues su voz, su modo de contar las historias, su magia, es lo que los hace indistinguibles, únicos.
Allí donde solíamos gritar es melancolía en estado puro, es romperse, es esconder la cabeza entre las piernas, cerrar los ojos y volver hacia atrás, en silencio, en calma, dejando que los flashes de imágenes discurran en tu cabeza. Esta canción habla del recuerdo, de cómo el pasado, esa persona que nos ha marcado tanto, siempre vuelve, de cómo las pequeñas huellas, los enormes edificios que construisteis aún quedan intactos en el tiempo, como humo que se resiste a irse y es apenas visible.
Allí donde solíamos gritar es esa persona que has perdido, ese monstruo que te reconcome la cabeza y no te deja en paz, que aparece cual fantasma y te acecha en la noche , esa historia que parece que nunca has cerrado y siempre vuelve para observarte, para hablarte en susurros de todo lo que vivisteis, de todo lo que sucedió, de todas vuestras desventuras, de las miradas y silencios, de las medias sonrisas.
Un viaje en el tiempo tan doloroso, tan traumático como bello, pues en la melancolía también hay belleza, aquella que se nutre de los momentos más simples, aquellos más felices, ese grabar unas iniciales pensando que la historia de sus dueños durará tanto como la madera, sin saber que puede que el final esté cerca.
Por eso son felices, porque nunca se sabe que el final está cerca.
Y el grito no es más que su historia, el grito es toda la mierda que llevan dentro, los demonios que ríen y se divierten al ver dolor, los finales, los silencios de despedida, el mirarse y no ver a nadie, la caída, el impacto contra el suelo, la muerte.
El grito es intentar liberarte de todas esas cadenas, de las cuerdas que a cada uno ata la vida.
Aunque, como dice la canción, el grito siempre vuelve y con nosotros morirá, pues aquellos recuerdos que nos hacen grandes siempre permanecen con nosotros, por mucho que los odiemos, por mucho que los gritemos, por mucho que los arrojemos al vacío en el más agudo de los aullidos. Siempre volvemos allí, a esas personas, a esas historias, a esos lugares donde fuimos felices.
Puedo destacar tantas cosas de la discografía de Love of lesbian. Esta canción se incluye dentro del álbum 1999, un disco perfecto de cabo a rabo definido por la melancolía con canciones como 1999, Segundo asalto o 2009. Voy a romper las ventanas pero en el que se puede ver la vertiente más festiva y delirante del grupo con temas como Algunas plantas, Te hiero mucho o Miau. Le tengo especial cariño a este disco porque las letras y el tono de sus canciones más íntimas inspiraron mi libro 1997 Mil y una noches de incendio. Por eso considero la música tan importante en mi vida, por lo inspiradora que puede llegar a ser. Del grupo destaco muchas otras canciones de otros discos como Universos infinitos, Un día en el parque, Me amo, Oniria e Insomnia, Belice, Cuando no me ves o El poeta Halley. De hecho, tengo un vídeo en mi canal de Youtube hablando de mis 15 canciones favoritas del grupo, el cual os puede servir de gran ayuda si queréis descubrir al grupo y que os dejo por aquí
Y nada más. Os dejo mientras la lluvia golpea mi ventana, lo cual ha hecho más perfecta esta descripción y, en general, hace más perfecto este otoño. Solo me queda desearos una feliz semana y también, a aquellos que estudiáis, muchísima suerte para los exámenes que muchos empezáis a tener.
¡A seguir escuchando mucha y buena música!
Love of Lesbian es un grupo español de indie rock e indie pop procedente de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona).
Empiezan a tocar en otoño de 1997. El grupo está formado por Santi Balmes (voz, guitarra y teclados), Jordi Roig (guitarra y teclados), Joan Ramón Planell (bajo y sintetizador) y Oriol Bonet (batería y programación). Esta formación original de cuarteto se completa con la incorporación de Julián Saldarriaga (guitarra y voz) y Dani Ferrer (teclados) en los directos.
En octubre de 2017 el grupo anuncia de forma oficial que Joanra (Joan Ramón Planell) deja el grupo, cuyo puesto es ocupado por Ricky Falkner.1
Tiene 8 discos en total: 3 en inglés (Microscopic Movies (1999), Is it fiction (2002) y Ungravity (2003)) y 5 en castellano, con los cuales ya dan el salto al gran público (Maniobras de escapismo (2005), Cuentos chinos para niños del Japón (2007), 1999 (2009), La noche eterna. Los días no vividos (2012) y El poeta Halley (2016)
Vía Wikipedia
¿A que no sabes donde he vuelto hoy? / Donde solíamos gritar / diez años antes de este ahora sin edad / aún vive el monstruo y aún no hay paz.
Y en los bancos que escribimos / medio a oscuras, sin pensar / todos los versos de “Heroes” con las faltas de un chaval / aún están.
Y aún hoy / se escapa a mi control / problema y solución / y es que el grito siempre acecha, es la respuesta.
Y aún hoy / sólo el grito y la ficción / consiguen apagar / las luces de mi negra alerta.
Tengo un cuchillo y es de plástico / donde solía haber metal / y el libro extraño que te echó de párvulos / sus hojas tuve que incendiar.
Y en los hierros que separan la caída más brutal / siguen las dos iniciales / que escribimos con compás / ahí están.
Vertical y transversal / soy grito y soy cristal / justo el punto medio / el que tanto odiabas
cuando tú me repetías que / té hundirá y me hundirá / y solamente el grito nos servirá / decías “es fácil” y solías empezar.
Y es que el grito siempre vuelve y con nosotros morirá / frío y breve como un verso / escrito en lengua animal / ¡Y siempre está!
Te hundirá y me hundirá / y solamente el grito nos servirá / y ahora no es fácil / tú solías empezar.
Vertical y transversal / soy grito y soy cristal / justo el punto medio / el que tanto odiabas / cuando tú me provocabas aullar.
Y ya está, ya hay paz / oh, ya hay paz / Y ya está, ya hay paz / oh, ya hay paz.
¿Por quién gritaba? / Lo sé y tú no / no preguntabas / tú nunca, no.
Vía música.com