Muchas cosas han ido pasando en mí a lo largo de estos primeros meses de B. Una que no creí que iba a pasar, es la necesidad de comprobar que respira cuando duerme. La terrible muerte de cuna va siendo menos probable conforme crece la cría, y sin embargo, yo no tenía esa necesidad de comprobar la respiración de B cuando nació: la fui teniendo semanas después, y fue creciendo junto con la niña. Casi no me pasa de noche, porque duermo, pero cuando sus siestas se alargan, necesito ir a ver que "todo está bien"; a veces la toco para que se mueva.
Lo más loco es que escucho su llanto cuando no está llorando. A veces, pasa que es el bebé vecino de abajo, y tardo unos segundos en convencerme de que no es B, a pesar de que evidentemente el sonido no está en la casa. Pero puede ser cualquier otra cosa. Se llama "ilusión" al fenómeno psicológico por el cual una cosa se nos figura otra. Yo tengo ilusiones del llanto de B con ladridos y aullidos de perros, con sirenas, con el aire, con canciones y cuanta cosa. Pero a veces, de plano es alucinación. Hay solamente silencio, y yo la escucho. ¿Habrá más madres alucinadas? Debe ser un fenómeno con nombre.
Silvia Parque