Esas personas que te han lastimado tanto no son malas, simplemente se equivocaron.
Aprende a meterte en su piel y no sólo no los juzgarás con odio,
sino que serás capas de perdonarlos con amor.
Míralos con los ojos de Dios, con compasión y con tolerancia.
Son como el ciego que no puede ver.
Amalos para que el odio no te envenene el alma.
Perdónalos si no quieres hacerte más daño con el rencor que con la ofensa.
Amalos aunque te convenga tenerlos muy lejos de ti.
Que este texto te lleve a perdonar de corazón.
Así estarás libre de la culpa y el rencor y podrás vivir en paz.