Ámame (Febrero 2010).

  Cuanto duele extrañarte de esta manera,

todo es absurdo y sin sentido alguno,

extrañarte aquí tantos segundos, días, una era.

  Como si las razones de vivir se redujeran a un “uno”,

ese “uno” eres Tú, mi perdición y mi delirio,

como si no hubiera más que hacer en este mundo.

Todo esto es tan tonto y de ello me rio.

  Ahora vivo muriendo, vivo como vagabundo,

vivo ahora llorando y llorando sin razón.

  Lo peor, de este idiota caso, es que conoces mi sufrir,

tú por no quererme, ni si quiera usarme,

sabes que sufro por ti, y no consigo escapatoria, ni a donde ir.

  Si quisieras ayudar, solo tienes que salvarme,

sin ser ningún superhéroe, es mucho más fácil,

muy fácil, sólo intenta, sólo intenta amarme.

  Ámame, ámame, compláceme que no es difícil,

desvanece el dolor con un beso de tus labios,

de esos que colecciono y tengo en un atril,

ahí para leerlos y recordarlos por años y años,

con uno de esos sálvame.

  Solo quiero que con este dolor acabáramos,

para vivir de nuevo, yo sin extrañarte y tú sin lastimarme,

no sin ti, ni tus besos, ni volver a mencionarlos.