Revista Literatura

Amante de un día

Publicado el 07 febrero 2010 por Rodrigoyanez
Le pedí la guitarra clásica a un conocido. No pensé todo lo que significaría volver a tocar una guitarra de palo. Sin esperar ningún sonido espectacular a cambio, me senté en el suelo de mi jardín, de piernas cruzadas como siempre, y me puse a entonar lentos, muy suavemente, y de pronto sentí una cosa muy rara en mis dedos, en las yemas, en el ¿Sentimiento? Si es que tal cosa existiera cuando no tienes demasiadas ganas de tocar, pero a media que pasaban los acordes, más prendido estaba, emocionado también. Y empezé a notar que fue rico volver a tocar una guitarra clásica, como cuando yo, hace nueve años atrás, también empezaba con una intentado tocar "Todos juntos" de los Jaivas, qué recuerdos.  Hace nueve años, en un papel súper piñufla, mi papá dijo "Toma, apréndete estas notas" Y estaban dibujadas unas 5 notas mayores. Y así empecé...Ahora ya tengo 4 guitarras en mi casa, tres mías, y esta de palo que me prestaron...pucha qué sensación más rica. De a poco empecé a entonar temas lentos de Metallica, como el Fade to black, o Nothing else matters, y luego el sublime arpegio de Pink Floyd, "It´s there anybody out there". Yo crecí tocando Maná, Arjona...ahora intento enseñarle a mi hermana canciones que me gustan a mí, pero no me pesca, jejeje lo que es esta cosa de las modas. ¿Sería demasiado pesado reconocer que ahora quiero una guitarra de palo?

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas