Malcriar es no dar amor. Malcriar es humillar. Malcriar es mostrar indiferencia ante las emociones infantiles. Malcriar es la ignoracia.
Nunca malcría el amor. A nadie le disgusta un abrazo, un te quiero o un consuelo. Eso jamás malcria.
Lo que malcría en todo caso es llenar lagunas afectivas con elementos materiales como por ejemplo: las golosinas, el ordenador, la televisión… Porque los padres se sienten culpables por no estar el tiempo suficiente y pretenden compensarlo de esta manera. Eso sí malcría.
JAMÁS malcría el afecto.
~ Yolanda Gonzalez, psicóloga y autora del libro “Amar sin miedo a malcriar” ~