Lo cierto es que nunca he sentido una especial predilección por esta banda, pero cuando me enteré de que Amaral iba a cerrar la gira de Gato Negro - Dragón Rojo tocando 5 días consecutivos en el Teatro Circo Price, me puse enseguida a buscar un par de entradas por internet. Para el viernes y el sábado, los dos últimos días de la gira y los únicos que me pillaban en Madrid, las entradas ya estaban agotadas, pero al final pude conseguir para el viernes 2 entradas de reventa a precio de taquilla.
Me apetecía mucho verlos porque, como decía, aunque no he sido un fiel seguidor de su carrera, lo cierto es que su música de algún modo me ha perseguido durante los 11 años que llevan en activo y cada uno de sus discos ha ambientado una etapa de mi vida... Además, qué coño, hacía tanto tiempo que no salía por la noche que me estaba empezando a entrar complejo de cartujo.
"Concorde", del último trabajo de Amaral, fue el primer tema en sonar, al que siguió un "Kamikaze" cuyos primeros arpegios hicieron enloquecer al público. Durante dos horas desgranaron un concierto impecable, en el que intercalaron éxitos de discos anteriores como "No sé que hacer con mi vida", "Cómo hablar" o "Días de verano" con los hits de su último disco.
El dúo zaragozano estuvo arropado durante toda la actuación por otros 5 musicazos que hicieron que la banda de pop-rock sonara en todo momento como una maquinaria perfectamente engrasada, demostrando que no en vano sus directos son tan bien valorados por la crítica y el público.
Con una escenografía minimalista y en una sala de espacio tan reducido como el Price, la presencia de Eva sobre el escenario resulta aún más contundente. La artista se mueve con excelente soltura mientras canta y tan pronto rasguea una guitarra como toca una armónica o se sienta en el suelo, descalza, a tocar un sitar. Era la cuarta noche consecutiva en el Price y la voz de Eva Amaral no se quebró ni un sólo instante. Ciertamente se la veía muy cómoda sobre las tablas cuando dijo que por ella tocarían durante un mes seguido, al estilo de Las Vegas.
He de reconocer que tras verlos en directo Amaral me ha conquistado.