Las grandes ciudades suelen ser unas ratoneras, de tráfico, en las horas punta y circular por ellas puede ser toda una odisea, pero en algunas, como en Rusia, el tráfico es un caos y hay que armarse de paciencia para poder llegar a destino conduciendo un coche.
Los hombres ricos rusos, no están dispuestos a perder su tiempo y paciencia, en este maremágnum circulatorio y como el dinero todo lo puede usan los medios más rápidos a su alcance, como los helicópteros, según les recomienda Putin, el mandamás del país, al cual el tráfico denso no le afecta, ya que cuando tiene que desplazarse por la ciudad, la policía corta el tráfico, para que él circule sin problemas.
Así que como el dinero todo lo puede, se han inventado un nuevo método, para desplazarse rápidamente por toda la ciudad, han recurrido a un método eficaz pero poco ético, las ambulancias, que circulan a toda pastilla por las calles, con sus sirenas encendidas, haciendo que los coches les dejen el paso libre, creyendo que ayudan a salvar una vida humana, cosa que a veces es cierta, pero actualmente la mayoría de las veces, si las pudieran ver por dentro, notarían la ausencia de equipamiento médico, que ha sido sustituido, con una equitación de lujo, para ejecutivos apresurados, que pagan por el servicio unos 150€ hora.
Ahora el negocio, está en peligro pues ante el aumento de ambulancias en horas punta, la policía detuvo a algunas de ellas y se llevó la sorpresa, de ver que en realidad, eran taxis de lujo camuflados y en consecuencia están haciendo controles exhaustivos por todo el país, lo que por un lado está bien, pero por otro, si el vehículo es real, pueden poner en peligro la vida del paciente, al hacerle perder a los conductores un tiempo, que puede ser vital, en el registro.
En fin, vivir para ver