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Amor culpable.Capítulo 10

Publicado el 26 febrero 2017 por Daniela
Amor culpable.Capítulo 10
Capítulo 10
Genaro esperó que Luján se calmara un poco y buscó a Luz para comenzar con la mudanza. Luján se dejó llevar por la situación y mientras ella desayunaba con Evelyn, Genaro hablaba con su hija y le explicaba la situación.La niña no pareció sorprendida sino que estaba maravillada por tener a su propia “Barbie”.Se despidieron de todos aunque su hija protestó mucho porque quería seguir jugando con Alejo.
—Luján —dijo Luz llamando su atención.
—Dime cariño —dijo tratando de sonreír.
—¿Puedo ayudarte a hacer las maletas cuando lleguemos a tu departamento? —preguntó la niña con ojitos emocionados.
—Por supuesto que si.Además necesitare ayuda porque tengo muchas cosas —dijo riendo.
—Nosotras vamos a divertirnos guardando las cosas mientras tú papi carga todo —dijo sonriendo a Genaro.
—Encantado de ser el esclavo de mis princesas —dijo Genaro.
Luz reía en el asiento trasero mientras jugaba con su tablet ajena a la tensión de los adultos.Genaro estaba satisfecho con todo.Tenía que reconocer que la decisión de la mudanza fue arriesgada pero si no aprovechaba la vulnerabilidad de Luján ahora quizás ella se alejaría más de lo que de por sí ya hacía.Sin embargo se sentía cansado con dolor de cabeza, por lo visto los cambios bruscos de clima de Buenos Aires empezaban a pasarle factura.Y todo empeoró cuando el celular marco un mensaje.
Nuestros objetivos son pequeños y grandes a la vez.Pagarán por todo lo que nos hicieron.
—Estás muy callado ¿Sucede algo? —dijo ella notando su cansancio y mirándolo extrañada al ver cómo guardaba el celular con desagrado .
—Estoy un poco cansado nada más.Puede ser que esté a punto de resfriarme ¿Serás mi enfermera? —preguntó bromeando.
Sin poder evitarlo estalló en carcajadas.
—No te quejes.Tú solito te buscaste esto así que ahora te haces cargo de la mudanza.
Él sonrió y siguió manejando.Minutos después llegaban y subieron para buscar algunas cosas.
—Es un sitio bonito —dijo Genaro.
—Funcional en verdad.Nada que ver con tú casa que da la sensación de un hogar.
—Luján muéstrame tú habitación —demandó Luz.
—No es muy paciente que digamos —dijo él con una enorme sonrisa.
—Por favor —dijo la niña de nuevo sabiendo que su padre estaba a punto de reclamarle.
—Ven —dijo Luján tomando su mano.
Genaro las vio marcharse riendo y hablando como dos niñas.Miró a su alrededor y la decoración en blanco y negro le pareció muy fría.El reloj marcaba casi el mediodía.Hace no mucho el tiempo no parecía importarle más que cuando pasaba horas y horas mimando a su hija.De repente el cansancio pudo con él y se sintió algo mareado.Por suerte un enorme sofá negro estaba cerca y pudo sentarse.Respiró hondo pensando en que su vida por fin comenzaba a ser lo que siempre soñó.Con las dos mujeres de su vida.

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