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Amor culpable.Capítulo 13

Publicado el 25 marzo 2017 por Daniela
Amor culpable.Capítulo 13
Capìtulo 13

Isabel ex de Adrian y Melisa Campos la ex esposa de Juan Linares estaban de nuevo en Buenos Aires, de eso no tenía ninguna duda Luján al leer el mensaje.Seguramente por las prisas Genaro se olvido de esconder la carta porque estaba segura de que no iba a mostrarsela a ella.Lo vio en su expresión y aunque le agradecía el gesto la invadió la tristeza ¿Qué diablos iban a hacer?
—Luján ¿Qué sucede? —preguntó él.
Ella respiro profundo y esbozo una sonrisa que no lo tranquilizó para nada.
—Tú sabes bien lo que pasa Genaro ¿Cuándo llego esta amenaza? ¿Cómo demonios saben que estoy viviendo aquí? —preguntó casi a los gritos.
Genaro se acerco y trato de abrazarla pero Luján se resistió en el primer intento.
—Basta y quiero que me escuches bien.No sabemos quién envió esta carta con certeza y de nada sirve que te pongas mal.Luz va a bajar en cualquier momento y no quiero que te encuentre así.Ve a arreglarte el maquillaje y después de comer hablamos —dijo él en un tono casi autoritario.
Luján quizo revelarse pero la personalidad de Genaro la atrapaba aún en esos momentos donde en lo último que tendría que tener en mente era hacer el amor.
Minutos más tarde volvió a la cocina donde padre e hija servían la pizzas.Nada en la actitud de Genaro daba a sospechar la amenaza del escándalo.Comieron tranquilos y riendo de las ocurrencias de la niña quien ya había caído bajo el hechizo de Milagros.
—La tía Milagros dijo que vendría pronto.Ayer hablamos por skype —dijo Luz sonriendo.
Luján y Genaro se miraron extrañados ya que Milagros se encontraba con su padre y Adriel en Mendoza desde hace tiempo y nada hacía suponer que volverían tan pronto.La cena termino como siempre entre risas y después de acostar a Luz, Luján quería explicaciones.
—Vamos a tú estudio no quiero que nos escuche Luz —dijo Luján.
—¿Piensas gritarme? —preguntó él sonriendo.
—Depende de lo que me digas —bromeó ella sin poder evitarlo.
Él asintió y la siguió en silencio pero apenas entrar la tomó en sus brazos uniendo sus labios y sus corazones.Aunque Luján quería hablar de la carta todos sus buenas intenciones se vinieron abajo cuando Genaro se sacó la camisa.Su mirada era la de un hombre hecho y derecho, se pasó la lengua por los labios como si pudiera saborearlo.Genaro entendió lo quería y terminaron en el sofá haciendo el amor.
—Sé que teníamos que hablar pero...—dijo él.
—Shhh jamás voy a quejarme porque me desees —dijo ella besando su cuello.
—Gracias amable dama —dijo bromeando—.Creo que estoy recuperando siete años de soledad.
—¿Soledad sexual? —preguntó ella en broma.
—Apiadate de mi mujer, no seas cruel —dijo él besándola de nuevo.
—¿Cuándo recibiste esa carta? Y no quiero mentiras Genaro.
—Hace dos días más o menos, en verdad no recuerdo.Tenía que esconderla pero con tantas cosas en la cabeza me olvide.
—Melisa o Isabel —sentenció ella.
—¿Cómo saberlo? No tenemos certezas y me parece ridiculo ir a la policia por esto, es más no solo ridiculo sino peligroso.Hasta ahora la identidad de Luz estuvo protegida pero...
—Lo sé,lo sé.No digo que hagamos eso sino que contratemos un investigador privado para saber si esas mujeres están en Buenos Aires.
—Eso no nos sirve de nada,una carta la mandan de cualquier lugar del mundo.Y pienso que es bastante novelesco enviar una carta así.
—Si , visto de esa forma si pero recuerda que esas mujeres están locas ¿Cómo descubrieron lo de Luz?
—Tú ya sabías lo de Luz ¿Cómo hiciste? —dijo poniendose la camisa.
—Yo....Me ayudo Leandro —confesó ella.
Genaro ya se imaginaba la participación del mejor amigo de ella.No podía culparlos.Él mismo tenía sus investigadores para que le avisarán cuando alguién investigaba algo relacionado con su hija.
—No te estoy culpando Luján.Sé las razones que tenías, lo único que quiero que entiendas es que de nada sirve hacer conjeturas de quién o por qué mandaron la amenaza.Ahora lo importante es evitar que salga a la luz.
Se abrazaron en silencio.Luján sintiendose culpable por sus iniciales planes de venganza y Genaro aliviado al saber que en el corazón de su mujer no había lugar para la venganza.Al principio le dolió enterarse de sus planes pero no quería pensar en eso.La tenía en sus brazos y ninguna amenaza iba a alejarlo de él.

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