con esos besos que mezclan
dulzura y ganas de arrancarte la ropa.
Esos "peros" que has cerrado con tu boca
y me han recordado el placer de equivocarse.
Sentir tu aliento
mientras rodeas mi cuello con tus manos
tarareando nuestra canción favorita.
Ahora bebo sábados
cuando decides descolocarme
y volcar la nada en todo lo que dicen nuestros cuerpos.
Bebo sin resaca de tus besos
sin imaginarme lo que pesan los años
con domingos de resaca.
Amor de garrafón,
enmascarando a la mierda por las noches
y recordándome la jodida realidad
por las mañanas,
mientras juras no volver a caer.
También juré dejar de envolverme contigo
en cuanto tus manos me erizasen la piel
sabiendo que es justo en ese momento
cuando ya no puedes salir,
ni decidir, ni mentir.
Amor de garrafón,
que quema y lucha contra la realidad
que añora la única noche
en la que decide sentirte
que busca más donde hay menos
que se autoengaña
que no gana
que solo baila con los recuerdos
que le quitaban las bragas.