
Capítulo 5
Nunca había estado en la casa de Genaro.Obviamente era un lugar donde las amantes no tenían cabida.Siete años atrás ni siquiera sabía que tenía una casa,es decir,una mansión.
Luján creía que el departamento que él tenía cerca de Inversiones del Sur era su casa.Suspiro profundamente y en pocos minutos ya estaban sentados como dos personas civilizadas en su estudio.
―Es una casa hermosa ―dijo ella sin poder evitarlo.
―Gracias.Aún hay algunos cambios que tengo que hacer pero ya tendremos tiempo para eso ―dijo él sonriendo.
―Bien dime de qué querías hablar ―dijo ella en un tono demasiado serio para el gusto de él.
―Hace siete años te mentí ―explicó―.Quiero que entiendas qué fue lo que me llevo a hacerlo.No espero tú perdón pero sí que algún día puedas comprender.
―No sé que decirte.Lo único que se me pasa por la cabeza es salir por esa puerta y no verte más en mi vida.
―No puedo culparte pero estoy en un momento de mi vida en que realmente puedo y tengo que luchar por mi felicidad.Y no es solo por mí sino por Luz.Quiero ser un padre completo pero no voy a lograrlo si no soy un hombre feliz con la mujer que ama.
Luján se levantó del sofá ya con lágrimas en los ojos.
―No digas eso ―casi gritó.
―¿Por qué no? Es la verdad.Te amo y aunque no es la forma más romántica del mundo es la verdad.
―Esta conversación no tiene sentido.No quiero escucharte.Nuestro tiempo ya pasó ―dijo las palabras como pequeñas sentencias.
Ella se dirigía a la puerta cuando Genaro la alcanzó y sus miradas quedaron prendadas como el primer día.
―No voy a dejarte ir.Hace siete años que mi vida no es vida.No quiero seguir así.
―Suéltame ―gritó ella enojada.
―No pretendo cometer los errores del pasado.Dejarte ir es lo que jamás podre hacer de nuevo.
―Basta ―protestó ella pero sus defensas estaban viviéndose abajo.
Genaro solo quería besarla y por primera vez en siete años fue egoísta y solo pensó en sus deseos.En tener a la mujer que amaba en sus brazos.
―Te amo Luján.Quieras o no es así ―dijo antes de besarla.
La mirada de ella era una mezcla de dolor, furía y deseo. La entendía muy bien pero eso no impidió que la besara.El beso comenzó de forma violentamente apasionada pero a medida que ambos se derretían en brazos del otro fue el paraíso, un halo de ternura los envolvió.Siempre solía sucederles en el pasado.
―No ―susurró ella intentando alejarse de él.
―Lo siento ―dijo él acariciando su mejilla.
―Tengo que irme Genaro, esto no nos conduce a nada ―apenas pudo hablar.
―No me alejes Luján ―suplicó él―.Déjame explicarte cómo sucedieron las cosas.
―Pasaron siete años ¿De qué nos serviría ahora? ―preguntó ella.
―Te amo y sé que tú también me amas.Podemos arreglar las cosas y pensar en el futuro.Juntos.
Luján dejó que él la abrazara.Se sentía tan bien estar de nuevo en sus brazos¿Así se habrían sentido Evelyn al volver con Adrian? ¿Qué haría? Pero sentir el calor de Genaro y su perfume tan familiar no ayudaba a sus planes de venganza.Sin poder contenerse lo abrazó más fuerte, nada importaba en esos momentos y aún menos cuando Genaro empezaba a desperdigar pequeños besos en su cuello.