Sabes que harías lo que fuera por esa persona. Aun cuando esa persona lo ignore por completo y no tenga ni la menor idea de lo que sientes. Tus expectativas son tan altas que seria difícil matar tus esperanzas.
Pero, ¿Qué sucede cuando estas del otro lado de la moneda?, ¿Qué sucede cuando descubres que alguien gusta de ti, y tu no sientes lo mismo?
Aja, entonces la perspectiva es diferente y lo primero que piensas es "Oh Dios", porque sabes perfectamente que tu no piensas igual. Luego tu cerebro comienza a rebobinar la cinta, y de pronto ves con cuidado que todas las cosas apuntaban a esa idea. Cada palabra o acto, lo interpretas como un intento por acercarse de esa personas, es cuando te das cuenta de lo mucho que le gustas porque por primera vez te detienes a observar su comportamiento y encuentras a esa persona lanzándote miradas repentinas de vez en cuando durante clase. Así que se te ocurre que es mejor evitarlas y la incomodidad comienza a aparecer cada vez que hablan, pues no puedes evitar pensar en lo que sabes; Tratas desesperadamente de eludirle pero sabes muy adentro que levantarías sospechas.
Tu no quieres nada, es normal que suceda, ¿O no?
Aun si esa persona fuera buena contigo, ya es demasiado tarde, porque desde el momento en el que supiste la verdad sobre sus intenciones, lo único que buscas es que las cosas sean normales de nuevo. Que la incomodidad desaparezca y que esa persona olvide esas extrañas ideas. Entiendes perfectamente como se siente, sin embargo ahora comprendes como es estar del otro lado y es imposible desear no querer ver a esa persona de nuevo. Es aterrador y su constancia comienza a molestarte.
Al fin y al cabo, no ser correspondido es parte de la vida. Te sentirás mal, eres humana, sin embargo al final del día sabrás que era necesario. Existe una gran diferencia entre gustar y la obsesión... si ese es tu caso, no tendrás alternativa. Tarde o temprano deberás detenerlo.
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