¿A quién no le hubiera gustado tener como asignatura obligatoria Amor ?
A tener relaciones de pareja sanas se aprende y cada vez parece más necesario incluir al Amor en los planes de estudios de los más jóvenes. Una asignatura donde nos enseñasen a querernos a nosotros mismos para poder querer a otro saludablemente, a comunicarnos de forma efectiva con nuestra pareja, a resolver los conflictos que, de forma inevitable, aparecerán en la convivencia con esa persona. Aunque no hay nada mejor que la vivencia en primera persona para el proceso de aprendizaje ¡Cuantos disgustos nos hubiéramos evitado!
La violencia en parejas jóvenes ha sido menos estudiada que la marital pero cada vez son más los datos que evidencian esta realidad. En 2001, Rosaura González Méndez y Juana. D. Santana Hernández, de la Universidad de La Laguna, publicaron uno de los primeros trabajos llevado a cabo en España con 1146 estudiantes de edades comprendidas entre los 16 y 18 años. Los resultados indican la existencia de violencia en parejas jóvenes. El 7.5% de los chicos y el 7.1% de las chicas señalaban haber empujado o pegado a su pareja, al menos una vez. En general, los jóvenes más agresivos eran los que habían observado más violencia en sus madres y había recibido más castigo físico de sus padres. En 2012 el Programa de Atención Psicológica a las Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género de Andalucía, un proyecto puesto en marcha por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) a finales del pasado año, atendió a un total de 54 mujeres adolescentes.
¿El amor verdadero consiste en entregarlo todo sin esperar nada a cambio?
Le invito a reflexionar hasta qué punto los padres, los medios de comunicación, la publicidad, el cine, la literatura y la sociedad, en general, seguimos transmitiendo a nuestros jóvenes los peligrosos mitos del amor romántico. ¿Seguimos creyendo en la existencia de la media naranja?, ¿En que el amor es capaz de cambiarlo todo, que lo aguanta y perdona todo, y, si es verdadero, es para toda la vida? ¿Sólo hay un hombre o mujer de tu vida y si no siente celos es que no te quiere de verdad?
La adolescencia es el paso de la infancia a la edad adulta: tiempo de cambios y de pérdidas. El papel de la familia y la escuela, en este período, es importantísimo para desmontar las creencias erróneas con respecto a las relaciones de pareja y la sexualidad y poder prevenir comportamientos de riesgo. Necesitan que la escuela y la familia aporte información OBJETIVA, CLARA, COMPRENSIBLE Y ADECUADA a su edad y puedan aprender a mantener relaciones afectivo-sexuales de una manera sana y positiva tanto en el presente como en la edad adulta. Sólo la educación puede protegerles de relaciones de pareja tóxicas y de las trampas de la violencia.
¡Apostemos por el amor en las escuelas! Para respetarnos siempre y amarnos hasta que queramos voluntariamente.
¿Qué podemos hacer los padres?
Las relaciones con los adultos en esta etapa son ambivalentes. A veces necesitan oponerse sistemáticamente a nosotros y a los valores que representamos y otras, imitarnos para reafirmar su personalidad. Es conveniente que la familia trate de fomentar un estilo educativo democrático y una buena comunicación diaria. La gran “CHARLA” un día puntual no es efectiva.
La Unidad de Atención a Víctimas le sugiere:
- Pase tiempo y muestre interés por las actividades de sus hijos pero respetando su intimidad.
- Trate de determinar qué nivel de conocimiento tiene acerca de las relaciones afectivo- sexuales y empatice con su necesidad de saber. Tienen información, fundamentalmente de su grupo de amigos pero asegúrese de que se trata de información veraz.
- Estimúlele a hablar y hágale preguntas pero eligiendo un lugar y momento adecuado, evitando las críticas y los interrogatorios.
- Utilice un lenguaje adecuado a su edad pero LLAME A LAS COSAS POR SU NOMBRE.
- Aborde las relaciones y la sexualidad desde el afecto, la intimidad y el respeto a uno mismo y su pareja.
- Enséñele a detectar señales que pueden indicar riesgo de violencia en su pareja: intentos de control y aislamiento de sus amigos, agresividad verbal, humillaciones y desprecios, amenazas, etc.
“No tenga miedo a hablar sobre su propia incomodidad y comparta abiertamente sus valores y preocupaciones con él. Así será más probable que él las comparta con usted”
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STOP VIOLENCE