Budapest, Hungría, en los años 30. El dueño del restaurant Szabo mantiene una relación amorosa con su mesera Ilona (interpretada por la hermosa actriz Erika Maroszán). Szabo contrata al pianista Andras para acompañar las cenas en su restaurant. También enamorado de Ilona, Andras le regala la canción "Gloomy Sunday", la que se hace muy popular, es grabada en Austria y en los años siguientes se convierte en un éxito mundial (fue grabada por Billie Holiday en los EEUU).
Las leyendas populares cuentan que la canción induce al suicidio, habiendo provocado cientos de ellos en Europa. En EEUU fue conocida como la "canción suicida húngara".
La película está dirigida y actuada de manera impecable, llena de luz y vida, a pesar del trasfondo trágico de la Segunda Guerra mundial y la invasión nazi. Mantiene el interés desde el principio y reserva algunas sorpesas para el final.
Una excelente película, romántica y trágica.